Por Redacción PortalPortuario.cl
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Puerto Lirquén ha puesto en marcha un plan para recuperar la rentabilidad del terminal mediante un aumento de la productividad y la disminución de costos.
Así lo dio a conocer el gerente general de Puerto Lirquén, Juan Alberto Arancibia, en una nota publicada en la revista corporativa de la empresa.
“Tenemos un plan de trabajo cuyo objetivo es recuperar la rentabilidad de PLQ”, señaló el ejecutivo en el informativo en el cual se detalla que “la primera línea de acción tiene que ver con la estrategia comercial, con trabajar con clientes adaptándose mejor a sus necesidades. Es por ello que, por ejemplo, parte de volumen descargado de fertilizantes comenzará a acopiarse en bodegas externas al terminal y la superficie liberada permitirá movilizar más cargas por los muelles”.
Otro punto abordado por Puerto Lirquén tiene relación con cambios en su estructura organizacional con la idea de planificar mejor las operaciones.
“La productividad final, y la seguridad, pasan mucho por nuestra capacidad de planificar mejor las operaciones del uso de recursos desde la recepción hasta el embarque final”, añadió Arancibia.
Un tercer elemento que incorpora este operador portuario del Bio Bio se vincula al uso de tecnología. En ese sentido, el puerto implementó el software de estiba de contenedores Easy Cargo, “el cual a partir de las medidas de los paquetes de madera genera un plano de carga en forma más rápida, maximizando el factor de estiba”.
Otro elemento guarda relación con las tareas de supervisión que dejarán de ser por faena, sino por área dadas las distancias del terminal, lo cual debiera tener como resultado una mejor gestión en la recepción, acopio y consolidación.
“El supervisor que antes era de recepción ahora va a estar, por ejemplo, en la Bodega 10. Va a ser dueño de esa casa, responsable de todo lo que pasa ahí, de la recepción y de la separación”, explicó el gerente general de Puerto Lirquén en la revista.
La medida viene acompañada de reuniones de planificación de embarque que involucrarán a los trabajadores y gestiones adicionales para corregir ineficiencias.
Para el embarque, por ejemplo, de carga fraccionada, como celulosa o madera verde, Puerto Lirquén se ha puesto la meta de “no tener falta de camiones debajo del gancho, y así aumentar la productividad. Hoy tenemos varios minutos por turno en los que no hay carga bajo el gancho, y eso no puede ser”, añadió Arancibia.
Finalmente, la última línea de trabajo se basa en “cuidar el bolsillo”; es decir, conseguir ahorros en compras de bienes y servicios.
La adaptación de Puerto Lirquén que, en 2016, volvió a mover 6 millones de toneladas después de cuatro años con un bajo volúmen, tiene que ver con los altos costos y fuerte competencia que ha hecho que la rentabilidad del terminal baje, pese a que el movimiento de carga ha ido en sentido contrario.
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