Por Redacción PortalPortuario/Agencia Reuters
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Los ataques de los hutíes contra el transporte marítimo del Mar Rojo están causando importantes perturbaciones en los puertos italianos, dicen los operadores, alimentando los temores de que una crisis prolongada pueda obligar a las empresas a rediseñar las rutas y alejar el tráfico del Mediterráneo de forma más permanente.
La milicia hutí, alineado con Irán, ha estado atacando buques en la región desde noviembre, impactando el comercio en una ruta que representa hasta el 15% del tráfico marítimo mundial.
En los últimos años, Italia ha aprovechado su posición en el centro del Mediterráneo para hacerse con una parte del tráfico marítimo procedente del Canal de Suez y destinado a los mercados de Europa.
Los datos del grupo de expertos SRM muestran que alrededor del 40% del comercio marítimo internacional de Italia depende de esa ruta, lo que ascenderá aproximadamente a 154.000 millones de euros (168.000 millones de dólares) en 2022.
En respuesta a los ataques hutíes, algunas compañías navieras han dado instrucciones a los buques para que tomen una ruta más lenta y costosa alrededor del extremo sur del continente africano.
Los operadores dicen que navegar alrededor del Cabo de Buena Esperanza, lo que añade de 10 a 15 días al viaje, podría hacer más conveniente para los barcos dirigirse directamente al norte de Europa, sin pasar por el Mediterráneo central.
“Nuestro temor es que nuestros clientes alemanes, austriacos y húngaros, que en los últimos años alejamos de los puertos del norte de Europa, regresen allí”, comentó Zeno D’Agostino, jefe de la autoridad portuaria de Trieste. La crisis ha retrasado las llegadas de portacontenedores desde Asia a la ciudad del este de Italia.
D’Agostino dijo que algunos exportadores, particularmente de bienes de mayor valor, estaban considerando el transporte a Asia por ferrocarril, que toma aproximadamente la mitad del tiempo pero es más caro.
“Se siente como una tormenta perfecta”, indicó a Reuters Rodolfo Giampieri, jefe del grupo industrial Assoporti, diciendo que los ataques hutíes se produjeron cuando el Mediterráneo se estaba volviendo más central para el comercio mundial.
Giampieri también señaló que mucho dependería de cuánto dure la crisis, pero que es probable que aumente los costos para las empresas e incremento los precios de los materiales que se envían.
Las importaciones de Asia son fundamentales para muchas empresas italianas y existe una creciente preocupación de que la crisis del Mar Rojo pueda afectar la actividad en todo el país.
En la ciudad noroccidental de Génova, cuatro portacontenedores no llegaron según lo previsto el mes pasado y las autoridades portuarias temen congestión si demasiados navíos quieren atracar al mismo tiempo. Los agentes marítimos estiman que el transporte terrestre en Génova ha disminuido hasta en 30% en las últimas semanas.
“La escalada (en Oriente Medio) no parece llegar a una solución, por lo que nosotros, como operadores logísticos, pero también como industria, probablemente tendremos que repensar los ciclos de suministro”, comentó Giampaolo Botta, director general de la asociación de agentes marítimos de Génova.
Además, Botta añadió que las industrias podrían enfrentar problemas de adquisiciones a finales de febrero y principios de marzo, y podrían necesitar abastecerse de bienes para asegurarse de tener suficiente para sus necesidades.
Por su parte, Antonio Majocchi, profesor de negocios internacionales en la Universidad Luiss de Roma, dio cuenta que sectores como las computadoras, la automoción y los semiconductores probablemente serán los más afectados si la crisis se prolonga.
En este sentido, el académico dijo a Reuters que las turbulencias del Mar Rojo pueden empujar a las empresas a comprar lo que necesitan en los mercados más cercanos, incluso si eso significa precios más altos. Ya ha comenzado una tendencia hacia la “near-shoring” como respuesta a los problemas de la cadena de suministro durante la pandemia.
“(La crisis) aceleró un proceso que ya estaba en marcha: la regionalización de las cadenas de valor… Todos en Italia están pensando en hacer esto, en reducir esta distancia”, concluyó Majocchi.