Rodrigo Testón es Asesor Marítimo, Cybersecurity GRC, Auditor Interno Norma ISO9K-14K-27K-28K-45K, Consultor Sistemas de Gestión y Maritime Security

El Puerto Exterior de San Antonio se erige como el proyecto más ambicioso de infraestructura portuaria en Chile, con la capacidad de transformar su actual arquitectura en un potencial hub logístico del Pacífico Sur. Sin embargo, su desarrollo ocurre bajo un desafiante entorno geopolítico: el actual grado de madurez del Puerto de Chancay en Perú bajo inversión china, la respuesta de Estados Unidos y el G7 con iniciativas de infraestructura crítica regional y la creciente relevancia de los corredores bioceánicos que buscan conectar el transporte de activos desde el Atlántico hacia el Pacífico.

A este escenario se suman riesgos transversales como el crimen organizado transnacional, el grado de corrupción regional y la necesidad cierta de blindar la gobernanza y protección portuaria. Chile debe abordar este proyecto con visión de alerta, con un grado de consciencia de que el avance no se puede ver condicionado ante variables de estabilidad nacional.

El éxito del proceso debiera depender de cómo se integren cuatro ejes técnicos y estratégicos frente a estos desafíos. En primer lugar, la ciberseguridad IT/OT, que debe garantizar la continuidad operacional de infraestructuras críticas proyectadas en procesos de sistemas logísticos y de protección física e intangible frente a potenciales amenazas de actores maliciosos.

En segundo término, la gestión estratégica, que exige una coordinación efectiva de stakeholders públicos y privados bajo esquemas de transparencia y eficiencia en sus alianzas, orientando los objetivos del negocio hacia una activa gestión de riesgos y fortaleciendo la gobernanza portuaria en el mejor aprovechamiento de la infraestructura concesionada, actualmente proyectada en los KPI’s de TEU’s transferidas. A ello se suma la experiencia en crisis y resiliencia, que implica emplear protocolos efectivos de respuesta y continuidad que aseguren operaciones frente a desastres naturales, interrupciones logísticas y la mitigación de la superficie de ataque ante potenciales intentos de ciberincidentes.

Finalmente, los frameworks de la industria, que deben traducirse en una aplicación de compliance basada en buenas prácticas globales y en la atracción de inversión bajo estándares de gobernanza G7, armonizando proyectos con normas internacionales que no comprometan el grado de madurez de la excelencia operacional.

Por otra parte, materializar los corredores bioceánicos ofrece una oportunidad inédita en los últimos treinta años: convertir a la plataforma multimodal de transferencia de carga en una puerta de entrada y salida de mercancías intercontinentales. Pero esa oportunidad será viable solo si se garantiza seriedad, seguridad, eficiencia y resiliencia frente a los riesgos regionales en criminalidad y la actual sombra de la corrupción. Una definición de resiliencia estratégica en la materia es clave para navegar estas aguas sinuosas y mantener un rumbo de objetividad frente a los actores globales.

Finalmente, trascendiendo los aspectos técnicos y logísticos, el amanecer de un nuevo año será el factor que condicione todo lo demás. La legitimidad y claridad en gobernanza serán requisitos necesarios para que cualquier hoja de ruta planificada se materialice. Un escenario de estancamiento, producto de potenciales indefiniciones o crisis, pondría en riesgo la capacidad cierta de competir con proyectos como Chancay —donde ya se habla de un enclave logístico automatizado con proyecciones sostenidas en su grado de madurez— o la oportunidad de integrarse a corredores bioceánicos y a todo su potencial, ya definidos en nuestras zonas costeras y en procesos de avance en variadas latitudes.

Por el contrario, un cierre consistente y válido abriría oportunidades para impulsar nuevas alianzas internacionales, atraer inversión bajo estándares de clase mundial y proyectar a la infraestructura crítica como un hub en el Pacífico Sur, mitigando un impacto negativo en su posición regional y global frente a los desafíos de crecimiento de las próximas décadas.