Por Redacción ElVigía.com
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El consejo de administración del Puerto de Tarragona ha autorizado la compraventa de la concesioón entre dos compañías privadas con la obligatoriedad de desmontar una fábrica de cemento sin ningún coste para la autoridad portuaria. Las instalaciones, ubicadas en el dique de Llevant, se desmantelarán para dar a una nueva actividad relacionada con el almacenamiento de cereales a granel y una nueva nave destinada a project cargo.
La empresa terminalista que ha adquirido la concesio?n de 34.070 metros cuadrados, Ership, invertirá 2,45 millones de euros. Dedicará cerca de un millón a la mejora de la nave existente de 11.567 metros cuadrados y un millón y medio a la construcción de una nueva nave de 7.452 para mejorar su capacidad de almacenamiento de cereales a granel. Según señalan desde el enclave, las obras implicarán que se pueda incrementar el tráfico de cereales en aproximadamente 200.000 toneladas anuales, lo cual contribuirá a aumentar el tráfico de barcos y de productos agroalimentarios en los próximos años.
Respecto al tráfico de project cargo, el nuevo terminalista renuncia a unos 6.000 metros cuadrados de superficie no construida que permitirá que la empresa Schwartz Haumont Puerto, situada cerca, pueda optar a ampliar su actividad empresarial de fabricación y montaje de grandes estructuras industriales.
Con este acuerdo, el puerto ratifica su compromiso con el desarrollo sostenible y da cumplimiento al eje 2 de su Plan de Sostenibilidad, que basa su crecimiento en “la transición energética, la digitalización de los procesos y el impulso de infraestructuras que favorezcan la mejora de la eficiencia, la competitividad y la conectividad entre las personas”, según ha explicado el presidente del enclave, Josep Maria Cruset, en rueda de prensa. Además, el puerto pretende lograr la eliminación del 99% de la huella del CO2 en 2030.
Se calcula que esta instalación a pleno rendimiento podría haber emitido hasta 7.287,84 toneladas de CO2 por año, esencialmente por el alto consumo de energía eléctrica. Sin embargo, su desmantelamiento evita esta posibilidad, así como la eliminación de emisiones de partículas a la atmósfera PM10 y PM2,5. También elimina el riesgo de emisión de gases de combustión derivados del transporte por vía terrestre.
Tras una inversión de diez millones de euros, la fábrica fue construida en 2008 y estaba destinada a suministrar cemento al mercado español y a varios países del Mediterráneo, pero hasta ahora no ha entrado nunca en servicio. Lafargeholcim tuvo que anular la entrada en funcionamiento de la planta por la caída de consumo a causa de la crisis económica y financiera del año 2008 y, desde entonces, este equipamiento industrial ha permanecido inoperativo a la espera de mejores perspectivas económicas, dado que la concesión no finalizaba hasta el año 2028 con posibilidades de ampliación hasta el 2040. Finalmente, el pasado 29 de julio el consejo de administración de la APT adoptoó la decisión para autorizar la transmisión de la titularidad de la concesión de Lafargeholcim España, SAU a favor de Ership, SAU.