Por Redacción GrupoT21
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La intensa actividad de importación de acero que México recibe por la vía marítima ha puesto frente a Terminal Marítima Mazatlán (TMAZ) un negocio que no pretende desaprovechar, al contrario, la compañía ha diseñado un plan de inversión robusto para los próximos cinco años, con el que fortalecerá la atención hacia las empresas que cada vez están más interesadas en su servicio portuario.
En los últimos años esta terminal ha anotado crecimientos sostenidos sobre el 50% en la importación de acero principalmente japonés, coreano, vietnamita y chino, mercados asiáticos que no han dejado de enviar diferentes productos terminados de acero pese a la aplicación de altos aranceles que buscan dar protección al mercado instalado en la zona del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
De hecho, desde inicios de este año el gobierno estadounidense ha elevado su reclamo a México por mayores medidas de control aduanero, ante el incremento de las exportaciones mexicanas de acero hacia el vecino del norte impulsadas, según se cree, por un alza en las importaciones de acero asiático, especialmente el chino que pretende esquivar el trato arancelario de la Unión Americana.
En 2023, las industrias que fabrican distintos productos en México consumieron un total de 28,5 millones de toneladas (mdt) de productos terminados de acero, 14% más que un año antes, de los cuales 19,3 mdt se produjeron en el país (-1,6% vs. 2022), de acuerdo con datos de la Cámara Nacional de la Industria del Hierro y del Acero (Canacero).
La alta importación de acero que reciben los puertos mexicanos con frente en el océano Pacífico genera una fuerte demanda de servicios de maniobras en las terminales que operan esta carga. Ensenada, Mazatlán, Lázaro Cárdenas y Manzanillo son focos clave en esta actividad.
Incluso, los conflictos operativos que se han observado en meses recientes entre distintas terminales del puerto de Manzanillo han obligado a los importadores a buscar otros puertos en este litoral.
“Recientemente recibimos a dos nuevas empresas japonesas y nos ratificaron que es muy complicado trabajar en Manzanillo. Entonces, hoy día Mazatlán se está posicionando más que una alternativa, sino como una solución”, indicó Mauricio Ortiz, director general de TMAZ, en entrevista con T21.
El directivo observó también que el efecto de la relocalización de líneas de producción hacia México (nearshoring) ha sido parte del aumento en las importaciones de acero asiático, agregando que “estamos en un plan estratégico a cinco años, donde precisamente nos queremos preparar con equipamiento y capacidad”.
En la actualidad TMAZ cuenta con seis almacenes dentro del recinto portuario que suman poco más de 20 mil metros cuadrados (m2) que utilizan para la recepción de acero y otras mercancías, pero especialmente tienen una bodega especializada para el manejo de acero, de 5.300 m2 con dos grúas viajeras.
Así mismo, cuenta con ocho montacargas de hasta 45 mil libras y 18 montacargas de 10 mil libras que les permite atender la carga suelta o spot.
“(A través de la inversión) buscamos renovar y anexar equipo nuevo por los crecimientos del acero. De hecho, estamos esperando la llegada de tres montacargas medianos para la recepción de bobinas y rollos de acero en palet”, dijo.
Aliados en el camino
En tanto, la solución logística que han encontrado los importadores de acero a través de TMAZ se conjuga con su alianza comercial con Ferromex, que ha dispuesto e incrementado el equipo utilizado para el movimiento del acero hacia los principales centros de producción en México, a través de su conexión ferroviaria.
Mauricio Ortiz recordó que la terminal cuenta con cinco kilómetros de vía de ferrocarril, que les permite la atención de distintas mercancías, así mismo, suma seis muelles que representan 1.300 metros lineales de atraque.
“Mazatlán no es un puerto saturado, por lo cual los barcos atracan al arribo, que es un tema muy relevante. Podemos atender la carga dentro del almacén en el recinto fiscalizado, a diferencia de otras terminales que tienen que hacer manejos y sacar la carga a patios o almacenes externos, lo que significa aumento de costo para los clientes”, dijo.
La confianza que TMAZ ha generado entre estos clientes se basa también en la trazabilidad que ofrece desde el momento en que las mercancías ingresan a la terminal, que se sustenta en sus certificaciones como ISO 9000, ISO 14000, Operador Económico Autorizado (OEA), entre otros.
Así mismo, el servicio de TMAZ se ve apoyado por la “buena relación” que tiene con la autoridad del puerto y con la aduana, lo que le permite mantener procesos ágiles para el desalojo de las mercancías.
El plan de inversión que prevé completar TMAZ en los próximos cinco años se ve ampliamente impulsado por el grupo alemán Hapag-Lloyd, que desde el año pasado adquirió la unidad de terminales portuarias de la chilena SAAM, que cuenta con la experiencia en la atención de distintas mercancías, como el acero.