Por Andrés Orrego/L.A.
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El prefecto inspector de la Policía de Investigaciones (PDI), Paulo Contreras, expresó ante la Comisión Investigadora de Seguridad en los Puertos de la Cámara de Diputados, que el Tratado de Paz y Amistad entre Chile y Bolivia, que data de 1904, constituiría un obstáculo para la fiscalización del tráfico de drogas y contrabando en el Puerto de Arica.
El alto funcionario de la Policía Civil sostuvo que, dadas las prerrogativas establecidas por el Tratado para las cargas bolivianas, que gozan de almacenamiento gratuito de un año para las importaciones y de 60 días para exportaciones en los recintos portuarios de Arica y Antofagasta (entre otras franquicias), la revisión física a las cargas con origen o destino en ese país deben gestionarse a través de la Cancillería, siempre y cuando haya sospechas fundadas de la presencia de sustancias ilícitas.
“A consecuencia del Tratado de 1904, las cargas provenientes del Puerto de Arica gozan de cierto grado de franquicia para evitar ser objeto de aforos físicos al momento de ingresar a Chile desde Bolivia y salir por el Puerto de Arica”, explicó Contreras.
“Se debe tener una cantidad significativa de indicios y convicciones del Ministerio Público para instalar toda una coordinación internacional, que se debe hacer vía Cancillería, para notificar a la contraparte boliviana que las cargas van a ser objeto de revisión, porque de alguna forma compromete la soberanía nacional económica de Bolivia frente a las clausulas de este tratado”, agregó.
Pese a lo anterior, el prefecto inspector de la PDI remarcó que la ruta terrestre sigue siendo la vía de “mayor permeabilidad para nuestro país, independiente que existan organizaciones que quieran usar puertos y, algunas de ellas, aprovecharse de la condición de este Tratado de 1904 con Bolivia”.
De esta forma, bandas criminales internacionales estarían utilizando este beneficio garantizado a Bolivia para realizar el tráfico de drogas sintéticas, como también el contrabando de productos varios.
Al respecto, el funcionario de la PDI remarcó que “existe la posibilidad real que organizaciones europeas estén permeabilizando la ruta tratando de llegar a centros de consumo de mayor potencia, como es el caso de Argentina y Brasil -principalmente- por medio de rutas Chilenas. Nos acercamos a poder comprobar esa hipótesis porque la droga venía oculta en vehículos y en maquinaria que tenía por destino final Bolivia a través del método de la reexpedición de cargas”.
“La situación boliviana, de alguna forma, nos presenta a nosotros una situación de permeabilidad en ambos sentidos, en la droga que pretenden sacar organizaciones criminales por puertos del norte, preferentemente, como también en el ingreso de droga y de armas que tenían por destino final o próximo Bolivia”, añadió.
En línea con las armas y sus partes, Contreras puntualizó que “al momento de elevar los permisos de importación y activar toda la cadena de comercio internacional, estas especies son declaradas como artefactos de segunda línea, como componentes, accesorios y no necesariamente como armas”.
“Entonces, si no existe un alerta en el puerto de origen o un perfilamiento de riesgo por parte de los elementos analíticos nuestros o del Servicio Nacional de Aduanas, es altamente probable que solamente con el aforo documental esa carga pueda pasar porque no va a reflejar ningún elemento que indique que sea oportuno interrumpir”, concluyó.