Por Redacción PortalPortuario/Agencia Reuters
Un tribunal finlandés desestimó un caso contra la tripulación de un buque cisterna, vinculado a Rusia, que dañó cables submarinos en el Mar Báltico el año pasado, al determinar que los fiscales no lograron probar la intención y que la presunta negligencia debe ser abordada por el estado de bandera del navío o los países de origen de los hombres de mar.
El incidente del 25 de diciembre fue uno de varios cortes de cables y gasoductos en el Mar Báltico desde que Rusia invadió Ucrania en febrero de 2022, lo que puso a las fuerzas de la Otan en la región en estado de alerta. Rusia ha negado su participación en el corte de cables.
Los fiscales finlandeses decidirán en el plazo de una semana si apelarán el fallo, según informó a Reuters el fiscal estatal Jukka Rappe.
El juicio penal contra el capitán y dos oficiales fue uno de los primeros intentos judiciales de castigar a presuntos responsables por daños a infraestructura submarina crítica, pero se vio complicado por disposiciones del derecho marítimo internacional y la dificultad de probar la intención criminal.
“El Tribunal de Distrito ha emitido hoy una sentencia desestimando el cargo en el caso junto con las reclamaciones por daños derivadas del cargo, ya que no fue posible aplicar la ley penal finlandesa al caso”, señaló el tribunal en un comunicado.
El tribunal clasificó el caso como un “incidente de navegación”, señalando que los fiscales no proporcionaron pruebas suficientes para demostrar que la tripulación arrastró el ancla intencionalmente.
Según la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, los incidentes de navegación deben ser procesados por el estado de bandera del navío o los países de origen de los acusados, añadió el tribunal.
Finlandia ha afirmado que el buque cisterna Eagle S forma parte de una flota paralela utilizada por Rusia para eludir las sanciones sobre sus exportaciones de petróleo. La nave, que opera bajo bandera de las Islas Cook, transportaba petróleo ruso, según la nación del norte de Europa.
El país europeo había acusado al capitán georgiano, así como al primer oficial georgiano y al segundo oficial indio, de daños criminales agravados e interferencia agravada con las telecomunicaciones. Los tres miembros de la tripulación negaron los cargos.
El tribunal levantó las prohibiciones de viaje impuestas a los acusados al finalizar el juicio, y desde entonces han abandonado Finlandia.
El Ministerio de Justicia de Georgia y el Ministerio de Derecho y Justicia de la India no respondieron de inmediato a la solicitud de comentarios de Reuters.
No se presentaron cargos contra el propietario del barco. La embarcación fue liberada de la custodia finlandesa en marzo.
Acusados atribuyeron el incidente a una falla técnica
El buque cisterna, que transportaba petróleo ruso, arrastró su ancla de 11.000 kg durante 90 km por el lecho marino del Golfo de Finlandia, rompiendo el cable eléctrico Estlink 2 entre Finlandia y Estonia, además de cuatro líneas de internet, según los fiscales.
Los cargos alegaban negligencia grave por parte de la tripulación debido al mal estado del cabrestante del ancla, más que pruebas contundentes de que el ancla fue soltada intencionalmente para causar daños, según los documentos judiciales.
Los acusados declararon durante el juicio que el ancla del barco se soltó sin ser detectada debido a fallas técnicas en el cabrestante que debía mantenerla en su lugar.
Los acusados también rechazaron las demandas de los propietarios de los cables, que reclamaban decenas de millones de euros en daños.
Los propietarios de los cables han sufrido al menos 60 millones de euros (70 millones de dólares) en daños inmediatos solo en costos de reparación, según informó la fiscalía en agosto.
El fiscal estatal había solicitado al tribunal que condenara a los acusados a un mínimo de dos años y medio de prisión cada uno.
Tras el incidente, la Otan lanzó la misión “Baltic Sentry” para proteger la infraestructura submarina en la región. La Otan informó el jueves que la misión sigue en curso.
“Los aliados son plenamente conscientes de las amenazas de la guerra híbrida en el mar Báltico y seguimos demostrando unidad y determinación en nuestros esfuerzos por disuadir esas capacidades”, escribió el comandante Arlo Abrahamson, portavoz del Mando Marítimo Aliado de la Otan, en un comunicado enviado por correo electrónico.













































