En Chile, y al igual como ocurre en España, los puertos están obligados por ley a competir entre ellos para atraer cargas y servicios navieros. Frente a esto, el experto español, Ramón Rullo, jefe de Calidad del Puerto de Barcelona, propone alimentar al concepto de competitividad en el servicio al cliente y no solo en el lugar que se ocupa en un ránking o en la disputa comercial con los vecinos.
Según Rull, los rankings dan una “referencia”, pero “al final si un puerto quiere ser competitivo lo que tiene que mirar es hacia su cliente. Y es igual en el ránking en que esté, tiene que estar adaptado a las necesidades de sus cliente más próximos y si cubre esas necesidades el puerto es competitivo”.
A modo de ejemplo, Rull recuerda la crisis portuaria que se vivió en Barcelona a mediados de la década del 90 del siglo XX, lo que obligó a la dirigencia cambiar su modo de trabajo en búsqueda de mayor competitividad.
“Nosotros tuvimos una gran crisis el 93- 94 con unos descensos del tráfico del 30 y 50%. En ese momento, la autoridad portuaria se planteó que estábamos perdiendo tráfico, el puerto dejaba de ser competitivo y que, a corto plazo, el puerto desaparecería o pasaría a ser un puerto de tercera o cuarta categoría, esto nos llevo a una reflexión importante, era después de los Juegos Olímpicos, hablamos de las olimpiadas y vimos que si Barcelona ha sido capaz de generar unos juegos diferentes, especiales, cambiando las normas de muchas cosas también en el sector logístico habría que ver las cosas de otra manera”, relata.
“Y eso es lo que hicimos en Barcelona, salir totalemnete, nos fuimos a otros sectores empresariales, vimos como ellos habían resuelto problemas e funcionanmiento, de coordinación y de ahí intentamos llevarlo al mundo logístico, a un mundo logístico que era muy cerrado, pero intentamos empezar a romper barreras, con luces de cambios, con pequeños éxitos. Lo que nos dieron a nosotros es la confianza de que ese camino era acertado y las empresas vieron que ese camino era acertado”, asegura.
Para Rull, un elemento de suma importancia es la coordinación, la transparencia y la información, lo cual debe surgir desde la autoridad o administración portuaria, a fin de convertir a los puertos en facilitadores de la actividad comercial que desarrollan sus clientes; en especial, de los pequeños y medianos importadores-exportadores.
“El que percibe mejor el cambio es el importador y exportador aquel de la pequeña y mediana empresa, esa es la diferencia o la muerte a nivel comercial, no les hemos arreglado todos los problemas, el puerto no es el puerto ideal, pero si es un puerto que es apetecible, el que el importador y exportador sabe que puede llamar, sabe que le van a atender la visita, sabe que ante un problema le podemos ayudar y que tiene unos parámetros de referencia en cuanto a procesos logísticos que puede tomar en cuenta para evaluar otras opciones portuarias, entonces el hecho de tener esa información con datos reales, objetivos, debiera poder compararse con otros puertos y además el hecho de la proximidad y a transparencia hace que el cliente perciba que el puerto ya no es la caja negra que era antes”, dice.
“Dar transparecia al servicio no es un dato que pone en riesgo tu negocio, es una dato que si se suma a otro que también pone un dato constituye una cadena de información. Yo puedo arriesgar un dato mío si el otro también lo da. Si hay un apunte de datos y el otro también lo da, vemos que hay una cadena de información. Vemos que no hay riesgo, ya que al ver los datos no pierdo mi cliente y eso reporta un beneficio al cliente final, eso genera un motor de cambio. O sea es un tema logístico de la cadena completa, pero si es el puerto un facilitador y la comunidad empresarial no está por esa labor, la administración portuaria no puede tirar sola, tiene que haber un compromiso de todos”, fundamenta.
Valparaíso-Barcelona
Frente a estas materias, el experto se permitió comparar al Puerto de Barcelona con el de Valparaíso, asegurando que se trata de sistemas de concesiones similares, por lo que la responsable de liderar los cambios es la propia autoridad portuaria.
“La administración portuaria en Valparaíso yo creo que es bastante parecido al de Barcelona, el papel de la administración es liderar los cambios y poner las herramientas para eso y, de ahí vuelvo a repetir, hay elementos que hay que poner encima de la mesa y hay que potenciarlas, porque no están suficientemente desarrolldas. ¿Cuáles? La organización, grupos de trabajo, y quienes trabajan con la administración directa , tiene que implicarse más… debe tomar responsabilidades como administración, porque esas repsonsabilidades en cuanto al servicio, la calidad de servicio, repercute en la riqueza de nuestro país… no es una repercusión directa”, explica.