Juan Ritz: Integración como clave para una cadena de suministro de alimentos sostenible

Juan Eduardo Ritz es Gerente de Cadena de Frio para la Costa Oeste de Suramérica en Maersk


Sin duda, uno de los mayores desafíos que enfrentamos a nivel global se relacionan con la necesidad de satisfacer la demanda actual de alimentos, pero de una manera sostenible, considerando especialmente las necesidades de las futuras generaciones. Hablamos de un reto no menor que debemos resolver desde distintos ámbitos de la cadena productiva y con diversos enfoques.

Si consideramos que la producción es la base de la cadena, y que esta debe ser eficiente en el uso de recursos naturales, como agua y tierra, no debemos perder de vista que hay otros aspectos igualmente relevantes como contar con una cadena de distribución ágil, confiable y sostenible.

A modo de ejemplo, en el caso los vegetales frescos (frutas y verduras), una vez que son cosechados se gatilla un proceso natural de senescencia que debemos ralentizar para que los productos puedan ser disfrutados por el consumidor final que, en el caso de países como el nuestro, se encuentra a varios miles de kilómetros de distancia.

Según cifras del Fondo de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la cantidad de alimentos desperdiciados por año a nivel mundial es de 1.300 millones de toneladas, cifra que equivale a 2.6 mil millones de dólares y representa entre el 8% y 10% de las emisiones de gases efecto invernadero (GEI). Claramente, estos números dan cuenta del gran impacto que tiene en el medio ambiente una ineficiente cadena de distribución de alimentos, lo que a su vez incrementa la escasez e inequidad alimentaria de nuestro planeta.

Ante tal escenario no podemos quedarnos indiferentes y se requiere la acción mancomunada de todos los actores a nivel global: gobiernos, centros de estudios y sector privado, entre otros. Conjuntamente debemos hacer frente a esta gran problemática con una batería de acciones que pueden ir desde medidas locales y puntuales hasta soluciones integrales y complejas.

Todas deben ser consideradas y generan impacto positivo. Desde nuestra vereda y partiendo de la base que, como empresa, en Maersk venimos de un legado naviero especializado en reefer, contamos con distintas tecnologías aplicadas a los contenedores, como es el caso de StarCare que brinda un control sobre el nivel de O2/CO2 lo que reduce la respiración celular en la fruta, extendiendo la vida de postcosecha.

Otro desarrollo a nivel reefer es StarRipe, que permite gatillar y realizar la maduración de frutas climatéricas, como las bananas, durante el tránsito, ahorrando tanto en tiempo de maduración como la energía necesaria para este proceso en destino.

Finalmente contamos hoy con un sistema de monitoreo en línea llamado Captain Peter, que brinda visibilidad de las condiciones dentro de estos contenedores refrigerados. Este sistema permite realizar un seguimiento de la temperatura, la humedad, la atmósfera y la ubicación del GPS (geolocalización) para determinar la calidad del producto durante todo el proceso lo cual permite corregir y anticipar cualquier problema en tránsito, minimizando así las mermas en destino.

Pero nuestro alcance va más allá del ámbito marítimo y, como integrador logístico, desarrollamos una amplia gama de servicios que tienen como objetivo ofrecer soluciones de transporte eficientes, confiables y ágiles. A modo de ejemplo, tenemos disponible un servicio de tren donde acercamos el punto de entrega y recepción de contenedores a nuestro depósito de Teno, aproximando el puerto a la zona de producción.

Esta solución ha sido especialmente relevante para la industria y para las exportadoras de frutas como cerezas, ofreciéndoles un servicio rápido y directo a China (Nansha), que incluye el proceso de internación y distribución al mercado de venta (Guangzhou) en menos de seis horas, minimizando así los riesgos de que los productos no lleguen a mercado final en óptimas condiciones y deban ser desperdiciados.

Asimismo, nuestra visión de contribuir en una logística eficiente y controlada nos ha llevado a invertir en infraestructura de cámaras de frío en Puerto Montt en Chile para la industria del salmón y Mejillones. Pero no nos hemos quedado sólo ahí y hoy estamos ampliando nuestra red de instalaciones a nivel global y a lo largo de toda la costa oeste de Sudamérica llegando, en un futuro próximo, a integrar incluso servicios de proceso de fruta para nuestros clientes.

Nuestro especial foco es trabajar por un futuro sostenible es parte de nuestra hoja de ruta como empresa. Para Maersk es una prioridad apoyar los objetivos de sostenibilidad de los clientes y ofrecer soluciones logísticas de bajas emisiones de punta a punta.

Maersk tiene como objetivo alcanzar cero emisiones netas para 2040 en todo el negocio, incluidos objetivos a corto plazo para liderar la industria con ofertas ecológicas en una amplia gama de la cartera de productos para 2030. Por ejemplo, en el caso de nuestras naves, hemos ordenado buques portacontenedores con motores de combustible dual que podrán operar con metanol verde.

Todos quienes formamos parte de la cadena de distribución tenemos que impactar positivamente en cada uno de los países y comunidades donde operamos. Sin duda, la innovación es clave para hacer frente a los grandes desafíos que tenemos y en Maersk así lo entendemos. Todos los actores involucrados debemos ser conscientes de nuestra responsabilidad y seguir avanzando e innovando en soluciones que nos permitan asegurar un abastecimiento seguro y sostenible, no sólo a quienes habitamos hoy nuestro planeta, sino a las futuras generaciones.


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