Por Alberto Texido Zlatar, académico en la Universidad de Chile y consejero del Consejo de Políticas de Infraestructura
Luego del anuncio de la ampliación del Puerto de Valparaíso, sobrevienen desafíos y preguntas, pues el plan original del Terminal 2, planteaba lógicas erróneas que ahora no pueden repetirse.
Primero, dentro del sistema portuario regional, el diseño debe privilegiar ahora un solo frente de atraque lineal más largo y abrigado para barcos cada vez más grandes, dejando atrás la idea de dos frentes separados.
Y sobre el impacto paisajístico en la bahía: creemos que no se debe acumular carga frente al polígono declarado Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), ni hacer pasar más camiones por el Muelle Prat, para su uso turístico.
Por eso resulta adecuado acopiar contenedores hacia el sector de San Mateo; resolver un balneario de reemplazo y buscar mejores opciones para la Caleta Sudamericana, sumando además el nuevo Parque Barón como soporte del muelle de cruceros.
De este modo se reconocen las “diversas vocaciones” porteñas que hoy la Empresa Portuaria de Valparaíso ha manifestado estar disponible a reconocer.