Por Redacción PortalPortuario
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En el primer trimestre de 2024 se aprobará la norma UNE que definirá los requisitos y recomendaciones para los smarts ports.
Así lo anunció el jefe de Área de Servicios a la Comunidad Portuaria de Puertos del Estado, Jaime Luezas, en el transcurso de la I Jornada Cátedra Smart Ports, donde presentó el proyecto de Norma PNE 178110.
Luezas explicó, en primer lugar, algunos antecedentes de esta nueva norma, que llevará por título ‘Puertos inteligentes: requisitos y recomendaciones’ y que se enmarca en los grupos de normalización de ciudades inteligentes.
Entre los precedentes de la norma, que estará dedicada a los puertos comerciales y también a su ecosistema de empresas y operaciones, se encuentran la ITU (Unión Internacional de Telecomunicaciones), que se centra en la interoperabilidad de las plataformas de ciudad inteligente, edificios inteligentes y objetos internos de ciudad (estaciones, puertos y aeropuertos); la UNE 17104 sobre sistemas integrales de gestión de la ciudad inteligente; y la UNE 178511 (Guía para la aplicación del modelo de capas de la plataforma inteligente de destinos).
Según indicó el jefe de Área de Servicios a la Comunidad Portuaria de Puertos del Estado, “el origen de la norma está directamente relacionado con el marco estratégico de Puertos del Estado, en concreto con la línea estratégica número 7 sobre ‘Administración portuaria digital. Puertos inteligentes y sincromodales”.
“La transformación activa de los puertos pasa por utilizar las nuevas tecnologías para obtener datos, integrarlos a través de plataformas digitales, procesarlos para obtener conocimiento y actuar y responder de forma integrada”, dijo Luezas. Los elementos vertebradores de ciudades y territorios se centran en la movilidad, la hiperconectividad, el medio ambiente, el desarrollo económico de la zona de influencia, la sostenibilidad y la seguridad”, señaló Luezas.
“Todo ello nos lleva a la necesidad de mejorar la gestión de los procesos de negocio, la eficiencia económica, la sostenibilidad, la seguridad, la protección, la accesibilidad y la experiencia del cliente, sin olvidar la integración en las cadenas de suministro y, por supuesto, a tener puertos para las personas”, agregó.
Por otro lado, el representante de Puertos del Estado indicó que el contenido de la norma se basa en los ámbitos de actuación del puerto inteligente, la evolución hacia el concepto de puerto inteligente, facilitando la transformación, y la plataforma digital de puerto inteligente. En todo caso, según Luezas, “un puerto inteligente debe estar conectado y priorizar los datos en tiempo real, la trazabilidad, la visibilidad y la sincromodalidad”.
La evolución hacia puertos inteligentes es la última parte de la norma. Luezas hizo hincapié en que “cada puerto tiene unos tráficos, unas dimensiones y unas necesidades diferentes, por lo que la implantación de puerto inteligente no tiene por qué ser igual”.
Fases del proceso
La norma identifica diferentes fases en este sentido “y, en base a ellas, cada comunidad logístico-portuaria puede darse cuenta de donde está, cuáles son sus capacidades y qué precisa. Esta parte es la que permite que esta norma sea certificable, e incluso se puede llegar a estructurar un esquema de certificación para definir si un puerto puede considerarse inteligente o no”, manifestó el jefe de Área de Servicios a la Comunidad Portuaria de Puertos del Estado.
La primera etapa comienza con la transición de puerto analógico a digital (digitalización), el paso de los objetos físicos a los virtuales a través del Internet de las Cosas (sensorización), el afloramiento de datos individuales que se pueden compartir y el fomento de la colaboración (comunidad portuaria).
La segunda fase se caracteriza por una mayor orientación al dato más que al flujo documental en torno a lo que se articulan los procesos operativos y la integración de datos de distintos sistemas. “En este punto ya se puede hablar de plataforma de puerto inteligente”, puntualizó Luezas.
En la tercera fase se produce una mejora de la oferta a través de la compartición de datos en tiempo real, la analítica de datos para la mejora de los servicios, la orientación a la excelencia operativa y la redefinición de procesos sobre datos (de digitales a digitalizados).
En la cuarta fase, se utilizan gemelos digitales para simular, predecir, planificar, etc. y se mejora la mejora de la experiencia cliente, siendo ya, además, un puerto conectado que incide en los aspectos más importantes de la cadena de suministro, como la trazabilidad, la visibilidad, etc.
En la última etapa se establece como objetivo la mejora continua de la experiencia cliente, con KPIs que reflejen el desempeño en el servicio, y la automatización los procesos con supervisión humana.
En definitiva, teniendo en cuenta una serie de requisitos funcionales y técnicos, el planteamiento debe dirigirse desde lo digital hasta la digitalización y, seguidamente, a la transformación digital.
“Por tanto, desde una nueva forma de operar, el foco debe estar puesto en el intercambio de datos para generar más conocimiento con el objetivo de alcanzar la plena automatización de los procesos mediante inteligencia artificial y con supervisión humana”, concluyó Luezas.