Por Andrés Orrego Siebert
Un modelo para reordenar el flujo de carga desde y hacia los puertos basado en la teoría de juegos de John Nash es el que proponen académicos de la Universidad de Hamburgo.
Se trata de un proyecto que comenzó a probarse -desde 2012- en dicha ciudad alemana y que se traduce, a través de tecnologías móviles, en la colaboración de los transportistas que trasladan contenedores desde y hacia los terminales portuarios, depósitos y centros productivos.
De acuerdo a los académicos, que estuvieron participando del XVII Seminario de Ingeniería en Transporte de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), para que el plan sea funcional, todos los conductores deben conocer los beneficios de trabajar en conjunto y convencerse de que no perderán dinero, sino que ganarán lo mismo o más inclusive con menos horas hombre.
“Hemos trabajado a nivel práctico, aplicando un prototipo real en el Puerto de Hamburgo y, con él, nosotros recogemos información que va a una nube en internet y es allí, en una página web y aplicación, los camioneros pueden ver la información y colaborar desde esa aplicación”, comentó a PortalPortuario.cl, el académico e investigador de la Universidad de Hamburgo, Eduardo Lalla-Ruíz.
“Hemos trabajado en dos campos, uno desde el punto de vista teórico para explicar a los camioneros que si ellos colaboran no van a perder, sino que como mínimo van a ganar lo mismo que si no colaboraran, porque siempre van a ganar más, porque no es lo mismo que una persona gane 100 mil pesos solo que 120 mil colaborando”, añadió el profesor.
Sobre cómo se produce el mayor ingreso, Lalla-Ruíz señaló que “el beneficio se obtiene porque si un camionero está más cerca del contenedor a recoger, lo recoge y el camionero que inicialmente lo tenía asignado se ahorra tener que ir hasta ese lugar y ese ahorro se muestra en combustible, hora hombre y emisiones contaminantes, entonces por teoría de juegos les mostramos que siempre colaborando obtienen beneficio y, por otra parte, también se establece cómo se redistribuye el beneficio común en función de las tareas que ejecutó cada uno”.
De acuerdo a Lalla-Ruíz, el prototipo del modelo que ya funciona en la ciudad de Hamburgo fue desarrollado por un equipo multidisciplinario dando paso a una aplicación móvil que evita que el transportista tome decisiones.
“La aplicación no deja margen de decisión, porque a pesar de que el camionero pueda ser una persona experta con conocimiento de su campo, nosotros de forma matemática analizamos todas las posibilidades y le damos la mejor solución, evitando a esa persona que tenga que detener su marcha para pensar o tome una decisión que -a la larga- no sea la mejor. Entonces, gracias a esta aplicación, una persona en el puerto o en la empresa introduce información a la nube y, así, el transportista más cercano es el que va por la carga”, explicó.
El académico comentó que, independiente del país, es difícil convencer a los transportistas de adoptar este tipo de metodología, por lo cual se les demuestra de forma práctica cómo podrían operar bajo este sistema de colaboración.
“Convencer a los transportistas, sea en Chile o Alemania es difícil, por eso se les explica desde lo teórico, pero también les pedimos un día de trabajo normal y se obtiene esa información que se contrasta con la de un día trabajando de forma colaborativa, porque a una persona no se le puede demostrar ni con fórmulas ni con promesas, le tienes que demostrar con datos y esa es la forma que proponemos”, aseguró el profesor.