Por Redacción PortalPortuario/Agencia Reuters
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La tripulación filipina de un buque atacado por militantes hutíes de Yemen fue repatriada a Filipinas desde Baréin y el capitán del navío prometió regresar a los mares una vez que los marineros se recuperen de la experiencia.
Los hutíes, alineados con Irán, se atribuyeron la responsabilidad de un ataque con misiles contra el carguero de carbón Tutor, de propiedad griega y con bandera de Liberia, cerca del puerto yemení de Al Hudayda.
La nave contaba con un equipo conformado por 22 tripulantes de Filipinas. Un hombre de mar aún está desaparecido, pero se sospecha que pudo haber quedado atrapado en el cuarto de máquinas producto de la entrada de agua.
“Primero necesitamos descansar debido al trauma”, dijo el capitán del Tutor, Christian Domarique, en una conferencia de prensa en el aeropuerto de Manila. “Nos recuperaremos durante unos meses antes de regresar”, sumó.
Los ataques hutíes han atacado tres buques tripuladas por marinos filipinos desde el año pasado, matando a dos marineros y otros 17 siguen cautivos en manos de militantes, según mostraron datos del gobierno.
Domarique, entre lágrimas, agradeció a Dios, a su compañía y a las agencias gubernamentales por ayudarlo a él y a sus compañeros marinos a regresar a Filipinas. El gobierno ha prometido asistencia financiera y psicológica para los 21 miembros de la tripulación.
“El capitán tiene buenos años de trabajo por delante, así que con una tripulación que es relativamente joven, todavía tendrán más años de navegación por delante”, dijo en una conferencia de prensa Hans Leo Cacdac, ministro de trabajadores inmigrantes de Filipinas.
El propietario del navío se comprometió a continuar la búsqueda del marinero desaparecido, lo que se realizará en conjunto con una operación de rescate para remolcar la nave varada, según dio cuenta Cacdac. Desde el viernes 14 se mantiene a la deriva en el Mar Rojo el granelero Tutor.
Los hutíes, que han dicho que sus ataques son en apoyo de Hamas en Gaza, han interrumpido el transporte marítimo mundial, provocando retrasos y costos en cascada a través de las cadenas de suministro.
Al menos 65 países y grandes compañías energéticas y navieras -incluidas Shell, BP, Maersk y Cosco– se han visto afectados, según un informe de la Agencia de Inteligencia de Defensa de Estados Unidos.