Por Luis Alonso
Patricio Winckler Grez, académico de la Escuela de Ingeniería Oceánica de la Universidad de Valparaíso, dio cuenta que el sistema portuario chileno debe comenzar a plantearse el realizar obras mayores de infraestructura. Esto con el objetivo de atender los potenciales efectos del cambio climático que se proyectan ocurran en las décadas venideras.
Lo anterior fue expresado por el ingeniero civil a PortalPortuario en el marco de su participación en la novena edición del Encuentro de Logística y Comercio Exterior (Enloce). En la instancia participó como ponente con la exposición “¿Cómo afectará el cambio climático en la infraestructura portuaria?”.
Al ser consultado sobre qué tan preparados se encuentran los puertos chilenos para hacer frente a los efectos del cambio climático, Winckler señaló que “los puertos han ido adaptándose gradualmente, por ejemplo, a través de mejoras de sistemas de amarre como en el caso del Puerto de Arica o Puerto Ventanas que han incorporado sistemas que son dinámicos de amarre para que los buques tengan menos movimiento ante la ocurrencia de marejadas”.
“Esas son intervenciones que son relativamente pequeñas en términos de inversiones, pero si pensamos a futuro es muy probable que se tengan que hacer inversiones de infraestructura mucho más costosas, como por ejemplo la ampliación o elevación de rompeolas. Recientemente se elevó la cota de coronamiento de un rompeolas en San Antonio, lo que es una medida de adaptación que también se ha hecho antes en San Vicente. Entonces yo creo que es ahí donde debiéramos comenzar a meternos. Son las grandes obras de infraestructura con altas inversiones las que en el fondo tenemos que pensar”, complementó.
Con respecto a los plazos necesarios en que se deberían efectuar estas obras para atender los potenciales cambios climáticos, el docente apuntó que “hay diferentes acciones dependiendo el horizonte de evaluación que uno tenga. Si estas en una zona de ampliación portuaria o quieres hacer un proyecto nuevo, es muy probable que ese horizonte sea en el orden de muchas décadas, pero si estas interesado en mejorar las condiciones operativas en un sitio que está funcionando mal porque hay mucha agitación y el buque normalmente rompe espías, puedes hacer una inversión a corto plazo y de mucha menor cuantía”.
En tanto, sobre en quién recae la responsabilidad de correr con los gastos de estos trabajos, Winckler remarcó que “aquí hay que distinguir entre lo que es la infraestructura de abrigo de aquella de atraque y todo el resto que viene de la línea de frente de atraque hacia el interior. Las obras de abrigo usualmente son muy caras y normalmente los concesionarios de las empresas portuarias no tiene la espalda económica para postular a una concesión si es que se tiene que mejorar o ampliar un rompeolas. Eso lo debiera hacer el Estado y debiera proveer los servicios de las obras de abrigo para que el operador portuario invierta en obras de atraque, ya que su negocio es transferir carga”.
“Ahí hay un tema que hay que resolver. En el caso de San Antonio ya se está haciendo, porque el Puerto Exterior tiene participación público-privada al ser inversiones muy grandes, estamos hablando de 4 mil millones de dólares. Entonces, el Estado se pone con una fracción y esa es una forma de resolver el problema. En otros países, como es el caso de España, el Estado invierte en el rompeolas y el concesionario no ve ese tema debido a que son carísimos. Hay que ver esta situación, sobre todo en aquellos puertos en los que se necesiten esas ampliaciones, lo que hay que evaluarlo caso a caso. En el caso que se necesiten, yo a lo menos pienso que el Estado debe intervenir en las obras de abrigo y los concesionarios en las obras de atraque que son su negocio”, explayó.
A su vez, el ingeniero enfatizó que la inacción en estas materias podría llegara a tener “impactos que pueden ser operacionales o estructurales. Los operacionales podrían tener relación con la reducción de la operatividad de los sitios de atraque producto del movimiento asociado a las marejadas y podría tener un incremento en el down time operacional si no se hacen las acciones adecuadas”.
“Desde la perspectiva estructural se pueden generar mayores daños en la infraestructura, ya sean obras de abrigo, obras de atraque u obras de defensa costera, porque vas a tener un incremento en el nivel del mar o van a llegar olas más grandes a tu estructura y con eso va a haber más socavación, más desplazamiento de elementos, más fuerza, más sobrepaso y esos son efectos que se esperan que se implementen principalmente por el aumento del nivel del mar que se espera a futuro”, concluyó.