Por Redacción PortalPortuario/ Agencia Reuters
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La línea naviera Maersk aseguró que para seguir impulsado el transporte marítimo hacia las cero emisiones se requiere el apoyo de los gobiernos.
Tras el hito del Alette Maersk, el cual fue el primer buque portacontenedores propulsado por combustible de metanol bajo en carbono en cruzar el Océano Pacífico, surgió un nuevo problema, ya que cuando la nave atracó en el Puerto de Los Ángeles, procedente de China, no había ningún lugar en Estados Unidos donde comprar más combustible verde, lo que lo obligó a depender en gran medida del combustible marítimo a base de petróleo para el viaje de regreso.
Bajo este contexto, representantes de AP Moller-Maersk dijeron que la industria que representa cerca del 3% de los gases de efecto invernadero globales necesita más combustible verde y más barato si quiere descarbonizarse al ritmo que los científicos y los gobiernos del mundo dicen que es necesario para combatir el cambio climático.
“Tenemos poco tiempo”, dijo el CEO de Maersk, Vincent Clerc.
En detalle, Maersk tiene como objetivo lograr cero emisiones netas de gases de efecto invernadero en 2040 y se ha convertido en líder en la transición energética de su sector con cinco barcos de metanol verde en el agua y otros 20 en pedido.
Aun así, eso representa apenas una fracción de sus 700 barcos propios y alquilados. Los nuevos barcos también son de doble combustible, lo que significa que están equipados para funcionar con combustibles fósiles cuando sea necesario, como cuando el metanol verde es demasiado caro o no está disponible.
El combustible ahora cuesta dos o tres veces más que los combustibles fósiles, dijeron representantes de Maersk, y la producción global es actualmente mínima.
Maersk también planea reemplazar hasta 60 barcos adicionales con buques de combustible dual que funcionan con combustibles renovables, incluido el biometano licuado. Ese combustible de bajas emisiones proveniente de fuentes renovables es controvertido porque es químicamente idéntico al metano fósil, por lo que cualquier fuga libera un potente gas de efecto invernadero.
Clerc dijo que Maersk ha pedido a la administración del presidente estadounidense Joe Biden que utilice la Ley de Reducción de la Inflación para incentivar el combustible marítimo verde, como lo ha hecho para los sectores de camiones y aviación.
La mayoría de los barcos de Maersk también pueden funcionar con biodiésel, un combustible sustituto que está disponible desde hace años pero que todavía representa una pequeña porción del combustible marítimo.
Maersk, en conjunto con CMA CGM, Hapag-Lloyd y MSC han propuesto un marco regulatorio a la Organización Marítima Internacional, que incluye un plan para imponer una “tasa de equilibrio verde” a las navieras que obtengan una ventaja competitiva al aferrarse a combustibles fósiles de menor costo.
“Necesitamos regulaciones y leyes que nivelen el campo de juego”, sentenció Saba Takidar, socio comercial senior de sostenibilidad de Maersk.