La situación del granelero Ruby, que transporta 20.000 toneladas de nitrato de amonio, sigue generando preocupación en el norte de Europa. Las autoridades danesas han establecido restricciones para el tránsito del buque, que llegó a las costas de Dinamarca el 20 de septiembre y se dirige a Klaipeda, Lituania, para someterse a reparaciones.
Según consigna el medio The Maritime Executive, el buque granelero Ruby, que sufrió daños en su casco, timón y hélice tras una tormenta ártica a finales de agosto, tiene en su carga siete veces la cantidad del material que causó la devastadora explosión en Beirut en 2020.
Debido a la naturaleza peligrosa de su carga, el buque está bajo un estricto monitoreo. Según reportes, actualmente se encuentra esperando en la entrada del Skagerrak, escoltado por el remolcador Amber II.
La Autoridad Marítima danesa ha impuesto varias medidas de seguridad, exigiendo que el granelero realice su tránsito con un práctico danés a bordo y con la compañía del remolcador. Además, se ha emitido una advertencia general a todas las embarcaciones en la zona para que mantengan una distancia prudente del Ruby.
Las autoridades suecas también están al tanto de la situación y han señalado que, aunque el riesgo actual es bajo, continuarán vigilando el movimiento del buque. Se considera que se están cumpliendo los protocolos adecuados para el transporte de material peligroso.
El gobierno de Lituania ha dejado claro que el Ruby no podrá entrar en Klaipeda a menos que descargue su carga, y el astillero de la ciudad ha sido seleccionado para realizar las reparaciones necesarias. El barco, que cargó su mercancía en Rusia, se vio forzado a buscar refugio en aguas noruegas tras encontrarse con la tormenta, lo que ha desencadenado una serie de complicaciones en su ruta.
A medida que las autoridades de Malta, DNV y otros organismos continúan trabajando en la resolución de esta situación, la seguridad en las aguas del norte de Europa permanece como la principal prioridad.