Por Redacción PortalPortuario
C.H. Robinson, empresa de transporte estadounidense, sostuvo que la huelga iniciada por los trabajadores de los principales puertos de la Costa Este y Golfo de Estados Unidos tendrá impactos “significativos” en la logística global.
Cabe recordar que los portuarios ligados a la International Longshoremen’s Association (ILA) resolvieron comenzar el 1 de octubre un paro de actividades tras no llegar a un acuerdo con la entidad de empleadores United States Maritime Alliance (USMX). Esto luego de mantener diferencias en temas salariales que impidieron firmar un nuevo contrato de seis años.
Al respecto, desde C.H. Robinson se señaló que llevan meses trabajando con sus clientes para acelerar las importaciones, redirigir cargas a la Costa Oeste y desarrollar planes de contingencia. Sin embargo, vislumbran que que se generen algunos impactos para las cadenas de suministro y el comercio internacional y, con esto, el inicio de un “efecto dominó en el comercio global”.
“La naturaleza interconectada del comercio global significa que cualquier disrupción en los puertos de Estados Unidos puede tener repercusiones a nivel global. Esta huelga ya está generando cuellos de botella en puntos clave de tránsito de carga, lo que podría provocar retrasos significativos. Históricamente, una interrupción portuaria de una semana ha causado retrasos de hasta un mes en envíos internacionales”, sostuvo la compañía de transporte.
“Embarcadores a nivel global con mercancías destinadas a esta región desde Europa, América Latina, Oceanía y Asia están sintiendo los efectos, lo que resulta en interrupciones en el flujo de bienes hacia y desde Estados Unidos Canadá y México, por lo que deben considerar cómo afectaría a su carga los cierres de los puertos. Como hemos visto con otras interrupciones de la cadena de suministro global, esta cascada generaría tiempo adicional en tránsito, costos adicionales y hasta posibles cargos por almacenaje y demoras”, complementó.
En tanto, Mia Ginter, directora de Exportación Marítima para América del Norte en C.H. Robinson, advirtió que “la huelga podría afectar a cinco de los diez puertos más transitados de América del Norte, creando un impacto en cascada que ningún sector o región podría evitar”.
“Las empresas con cargas destinadas a Estados Unidos desde Europa, América Latina, Oceanía y Asia probablemente enfrentan retrasos y mayores costos. Es crucial que se comuniquen con sus proveedores logísticos para planificar rutas alternativas o de contingencia”, agregó.
Repercusión en puertos y economía de México
México depende en gran medida de los puertos estadounidenses para la importación y exportación de bienes. La huelga amenaza con causar retrasos en la llegada de insumos y materias primas esenciales para la industria manufacturera mexicana, afectando sectores clave como el automotriz, electrónico y de electrodomésticos, entre otros.
Con la congestión en los puertos de Estados Unidos, las empresas mexicanas podrían enfrentar costos adicionales debido a desvíos de rutas o la necesidad de recurrir a métodos de transporte más costosos, como el aéreo, según dio cuenta C.H. Robinson.
“México y Estados Unidos mantienen una relación comercial de alto volumen y actividad constante. Cualquier interrupción en los puertos estadounidenses podría impactar el flujo de mercancías a través de otras rutas como Laredo y El Paso, puntos de tránsito importantes para el comercio terrestre entre ambos países”, acotó la empresa.
“Los exportadores mexicanos también podrían verse afectados por la huelga, ya que los retrasos en los puertos estadounidenses podrían impedir que los productos mexicanos lleguen a tiempo a sus destinos en el extranjero, afectando la competitividad de las exportaciones nacionales o sobresaturando las opciones nacionales a causa de los desvíos”, añadió.
En este sentido, desde C.H. Robinson se remarcó que “si bien ninguna industria es inmune a las interrupciones causadas por esta huelga, algunas se verán más afectadas que otras. Para industrias que operan con modelos de inventario muy ceñidos a tiempo, como la automotriz o farmacéutica, incluso dos días de actividad huelguística podrían interrumpir significativamente sus operaciones, lo que compete directamente a la operación de estas industrias en el país. Muchas piezas y componentes automotrices se importan a través de la costa este, por lo que el riesgo de retrasos en la producción está latente”.
En línea con lo anterior, C.H. Robinson enfatizó que para mitigar el impacto de esta huelga en la cadena de suministro han implementado “planes de contingencia flexibles ante la posibilidad de una huelga prolongada. Si un gran volumen de carga se desvía a la costa oeste de Estados Unidos, los puertos mexicanos y canadienses podrían servir como una alternativa viable, junto con opciones como el transporte aéreo y el transbordo portuario para agilizar el movimiento de mercancías críticas. Los transportistas que opten por redirigir sus cargas a la costa oeste deberán considerar la capacidad disponible y el apoyo logístico terrestre necesario. Además, puede requerirse almacenamiento temporal para la carga desviada mientras se libera capacidad en el interior del país”.
“La congestión ferroviaria hacia el este también podría provocar demoras, ya que aunque los ferrocarriles están preparados para mover carga desde el sur de California y el noroeste del Pacífico, se prevén tiempos de tránsito más largos. Aunque el transporte aéreo es más costoso que otras opciones, permite cambios de ruta rápidos. Sin embargo, la capacidad aérea está ya de por sí limitada por la alta demanda del comercio electrónico desde Asia y desvíos del Mar Rojo”, expandió.
Los puertos y modos de transporte alternativos podrían saturarse rápidamente en caso de una huelga prolongada en los puertos de la ILA, enfatizó C.H. Robinson. Por esta razón la compañía remarcó que será crucial la estrecha cooperación entre los socios comerciales y los proveedores logísticos globales para mitigar el impacto de esta crisis en el comercio transatlántico.