Por Redacción PortalPortuario/Agencia Reuters
La Organización Marítima Internacional (OMI) se ha fijado como objetivo recudir las emisiones en 40% para 2030, siendo el cambio de combustibles la alternativa más recurrida por el transporte marítimo para conseguir aquella meta. A raíz de esto es que existe una creciente preocupación de que la fuerza laboral de la industria, compuesta por 2 millones de marineros, corra el riesgo de quedar rezagada si no se les educa y capacita en nuevas habilidades relevantes y relacionados con las modificaciones del sector.
Esto incluye, de manera fundamental, aprender a manipular nuevos combustibles. El amoníaco, en particular, es peligroso y podría representar un riesgo de seguridad para los hombres de mar, los buques y el medio ambiente en general si la tripulación y los trabajadores del puerto no reciben la capacitación adecuada.
Un modelo elaborado por Lloyds Register y University Maritime Advisory Services (UMAS) concluyó que 450.000 marineros necesitarán algún tipo de formación adicional para 2030, y 800.000 necesitarán instrucción para mediados de la década de 2030, suponiendo un aumento de la utilización de combustibles alternativos durante esta década.
Según un estudio de DNV, si bien algunas empresas, como el operador danés Maersk, han invertido sustancialmente en educación y capacitación específicas, la impartición de dicha capacitación se enfrenta a varios desafíos.
“La falta de claridad en torno a la viabilidad y la adopción de tecnologías de combustibles alternativos y las trayectorias de descarbonización, junto con la incertidumbre en torno a los avances regulatorios y la financiación, dificulta la planificación de la capacitación adicional de la fuerza laboral marítima y la atracción de inversiones en programas de habilidades compatibles con las necesidades futuras de la industria”, remarcó DNV.
Darian McBain, fundadora de la consultora Outsourced Chief Sustainability Officer y ex directora global de asuntos corporativos y sostenibilidad de Thai Union, afirmó que la economía marítima está rezagada respecto de otros sectores en lo que respecta al desarrollo de habilidades ecológicas.
“Muchos actores de la economía azul están teniendo que ampliar rápidamente sus actividades de sostenibilidad, pero no hay tantas personas con habilidades de sostenibilidad que entiendan estas industrias”, acotó McBain.
El World Economic Forum (WEF) ha dado cuenta que los países del Sur Global, termino utilizado para describir un grupo de países que están menos desarrollados que las naciones del Norte Global, que suministran tripulaciones pueden necesitar apoyo particular durante la transición, incluso mediante el establecimiento de organismos nacionales de capacitación.
En Filipinas, cuyos marineros representan el 14% de la fuerza laboral marítima mundial, el gobierno está recibiendo asesoramiento del Maritime Just Transition Task Force, una organización creada en la COP26 en Glasgow en 2021 para “garantizar que la respuesta del transporte marítimo a la emergencia climática coloque a la gente de mar en el centro de la solución”, y de un recientemente creado Comité Asesor Internacional sobre Asuntos Marítimos Globales.
Uno de los miembros del comité asesor es la Asociación de Armadores de la Comunidad Europea (ECSA), Sotiris Raptis, su secretario general, explicó que el Convenio Internacional sobre Normas de Formación, Titulación y Guardia para la Gente de Mar (STCW) no se actualiza desde 2010 y está previsto que se revise.
La ECSA está trabajando con la Federación Europea de Trabajadores del Transporte (ETF) y la Comisión Europea para lanzar un Foro de Competencias Marítimas de la UE que pueda brindar retroalimentación a la OMI sobre lo que falta en los cursos STCW.
Jesse Fahnestock, director de descarbonización del Foro Marítimo Global, dijo que las habilidades digitales necesitarán un enfoque particular. “Ya estamos viendo los primeros indicios de una mayor capacidad terrestre para gestionar la operación de los buques, de la misma manera que las centrales eléctricas pueden operarse desde una sala de control”acotó.
“Si el amoníaco se convierte en el combustible dominante, habrá un mayor incentivo para tener más tripulantes en tierra y menos tripulantes a bordo, debido a la toxicidad del combustible”, complementó.
“El proceso de revisión ya ha comenzado, pero avanza muy lentamente”, afirmó Nikolaos Koletsis, responsable de políticas de transporte marítimo de la ETF. “Puede tardar hasta cinco años, por lo que puede que sea un poco tarde”, sumó.
“Es muy importante que todos los trabajadores tengan acceso a formación para el reciclaje y la mejora de sus competencias sin coste alguno, y que la formación no se realice durante el tiempo libre de los trabajadores tenemos que estar seguros de que la transición energética y digital del sector marítimo no deje a nadie atrás” añadió.
En un intento de adelantarse a la situación, la ETF y la ECSA lanzaron SkillSea, una plataforma de siete paquetes educativos, dos de los cuales se centran en las habilidades ecológicas y dos en las habilidades digitales. De SkillSea, que estuvo en funcionamiento durante cinco años hasta 2023, surgió la Red de Educación y Capacitación Marítima (Met-Net) para abordar las futuras necesidades de habilidades en el sector.
Si bien el cambio hacia un transporte marítimo más ecológico requerirá la construcción de nuevos barcos y la modificación de los buques existentes, así como nueva infraestructura en los puertos para manejar nuevos combustibles con bajas emisiones de carbono, “también necesitamos un nuevo sistema de energía en tierra para producir combustibles sostenibles para el transporte marítimo”, sostuvo Mark Button, líder de descarbonización marítima en la consultora de ingeniería Arup.
“Cuando se piensa en el transporte marítimo, a menudo se piensa en ‘en el mar, fuera de la mente’, pero la gran mayoría de la inversión necesaria para que el transporte marítimo sea sostenible se realizará en tierra, para producir combustibles sostenibles”, explayó.
“Debido a la forma en que se producen estos nuevos combustibles sostenibles, es probable que existan varios sistemas de suministro regionales en lugar del único sistema global actual”, expandió Button.
“Esto cambia por completo la dinámica de dónde es mejor producir: los mejores lugares serán aquellos donde haya acceso a energía renovable barata, por lo que es probable que veamos combustibles producidos en lugares como el norte de África, Chile y Australia, tal vez incluso en el Reino Unido con sus fuertes recursos eólicos”, enfatizó.
“Es una gran oportunidad para muchos países del Sur Global, pero necesitarán una enorme cantidad de capital para desarrollar la infraestructura y las instalaciones de producción para satisfacer esta demanda. Eso significará muchos puestos de trabajo en la industria y la construcción”, subrayó Button.
A su vez, McBain afirmó que el desarrollo de capacidades en el sector marítimo no ha recibido suficiente atención internacional. “La gente todavía no ve a la industria marítima como parte de la solución” al cambio climático.
“La atención se centra en lo verde, no en lo azul. Hoy en día, solo los países con una fuerte frontera oceánica piensan en ello, pero todos deben contribuir y en el futuro habrá una mayor demanda de capacidades azules”, concluyó.