Por Redacción PortalPortuario/Agencia Reuters
El río Mosela en el oeste de Alemania, una ruta importante para los envíos de granos, colza y chatarra, ha sido cerrado a la navegación interior después de un accidente que dañó la compuerta de una esclusa, según dieron cuenta las autoridades.
La esclusa de Müden, al sur de Coblenza, resultó afectadas tras la colisión de un buque que transportaba 1.500 toneladas de chatarra ferrosa. Se estima que las reparaciones duren hasta finales de marzo de 2025, según informó la agencia WSA.
Durante este período, el río estará cerrado al transporte de carga. Los comerciantes estiman que alrededor de 70 navíos están bloqueados debido a los daños, lo que posiblemente cause interrupciones en las entregas.
El Mosela es una ruta importante para el transporte de cereales y colza, incluso desde y hacia el puerto francés de Metz, según explicaron. También es una ruta relevante para el suministro de la industria siderúrgica.
“Algunos comerciantes están intentando transferir cargas al transporte por carretera y ferrocarril, pero temo que haya algunas interrupciones en las entregas”, dio cuenta una fuente ligada al mercado de granos.
Transporte de chatarra
Según SteelOrbis , esta situación ya ha afectado negativamente a la logística de grandes empresas siderúrgicas, entre ellas ArcelorMittal, que recibía hasta el 10% de sus suministros de chatarra a través del Puerto de Mertert en Luxemburgo.
Otras compañías, como las siderúrgicas alemanas Dillinger Hütte y Saarstahl, el Mosela era un punto crítico para el transporte de materias primas. Los grandes recicladores de chatarra, como Theo Steil en Trier, también se ven obligados a buscar soluciones logísticas alternativas, incluido el transporte por carretera y ferrocarril, lo que aumenta los costos.
Al mismo tiempo, los proveedores locales de chatarra informan de una reducción de los precios de compra de entre 5 y 20 euros por tonelada debido a la debilidad del mercado y a la menor demanda de los fabricantes de acero. Los expertos predicen que, si las interrupciones del transporte continúan, esto podría provocar una escasez de materias primas y, en consecuencia, un aumento de los precios de la chatarra en la región.