Por Redacción PortalPortuario

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El sector naviero europeo enfrenta un desembolso estimado de 2.900 millones de dólares antes del próximo 30 de septiembre, como parte del primer pago obligatorio del Régimen de Comercio de Emisiones de la Unión Europea (RCDE UE), correspondiente a las emisiones de CO? reportadas durante 2024, según un análisis de Drewry.

El monto se calcula en base al precio actual de los Derechos de Autorización de Emisión (EUA), que ronda los 70 euros por tonelada, y representa el 40% de las emisiones totales generadas por aproximadamente 13.000 buques que operaron en rutas con escalas a puertos de la UE. En total, se estima que estas naves emitieron 90 millones de toneladas de CO? durante 2024, un incremento del 14 % respecto al año anterior.

Gran parte del aumento en las emisiones se atribuye a factores geopolíticos, que forzaron a muchos buques a tomar rutas más largas por el Cabo de Buena Esperanza en lugar del Canal de Suez.

Según el análisis de Drewry, si las emisiones se mantienen estables y se amplía el alcance del RCDE UE para incluir todos los gases de efecto invernadero en 2026, el costo total del cumplimiento podría escalar hasta 7.500 millones de dólares anuales.

El impacto económico no será homogéneo. En promedio, un buque RoPax o de pasajeros deberá pagar cerca de 1 millón de dólares, mientras que los portacontenedores enfrentarán cargos de unos 500.000 dólares por unidad.

Para mitigar el impacto financiero y ambiental, compañías como Maersk, CMA CGM y Hapag-Lloyd ya han implementado recargos específicos y ofrecen servicios de transporte con menor huella de carbono, mediante el uso de biocombustibles, metanol verde y tecnologías de eficiencia energética.

“El aumento de las regulaciones sobre GEI señala un cambio decisivo en las prácticas mundiales del transporte marítimo, marcando el fin de la era de las reducciones voluntarias de emisiones y, en su lugar, exigiendo responsabilidades a quienes contaminan. Para los armadores y operadores, el reto no solo reside en cumplir estos requisitos, sino también en aprovecharlos como catalizadores de la innovación, la eficiencia y la competitividad a largo plazo”, señaló Drewry en el informe.

“Con la transición hacia cero emisiones netas ya en marcha, los operadores de buques que actúen con anticipación posicionarán sus buques para una competitividad sostenida y una larga vida útil en el mercado”, concluyó el documento.