Por Redacción PortalPortuario

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BIO-UV Group desarrolló y probó un sistema de tratamiento de agua de lastre en contenedores diseñado inicialmente para el sector eólico marino flotante.

Con el rápido desarrollo de proyectos eólicos marinos flotantes a nivel mundial, han surgido desafíos en el cumplimiento de las normas sobre agua de lastre porque el movimiento de estas plataformas flotantes a través de aguas territoriales requiere sistemas para prevenir la propagación de especies marinas invasoras.

“Si bien la industria marítima ha logrado avances significativos en el cumplimiento de las normas sobre agua de lastre, el sector de la energía eólica marina flotante apenas comienza a reconocer sus obligaciones en virtud del Convenio sobre la Gestión del Agua de Lastre. Nuestro sistema ofrece una solución portátil y escalable que satisface estas necesidades eficazmente”, afirmó Charlene Ceresola, directora de proyectos del Grupo BIO-UV.

La iniciativa, financiada en 2024 a través del programa Elbe Eurocluster de la Unión Europea, tenía como objetivo adaptar el BIO-SEA homologado de BIO-UV para su implementación en un contenedor TEU estándar, permitiendo a los operadores tratar el agua de lastre en el sitio durante el ensamblaje, transporte y mantenimiento de molinos de viento flotantes.

Las pruebas iniciales se centraron en una unidad contenedorizada BIO-SEA B02-0340 con capacidad de 300 m3 /h, instalada en Port-la-Nouvelle, operado por Euroports, en Francia.

La principal diferencia con los sistemas a bordo radica en la necesidad de desechar el agua de retrolavado de los filtros en el punto de descarga, lo que requiere una línea de tratamiento de residuos independiente. El funcionamiento del prototipo se evaluó mediante pruebas reales, abordando desafíos como la compatibilidad de las conexiones, las caídas de presión y las limitaciones de suministro eléctrico in situ.

Estas pruebas validaron la capacidad de la unidad para proporcionar el tratamiento de doble etapa BIO-SEA aprobado (filtración y exposición a rayos UV), asegurando el cumplimiento del requisito reglamentario, así como la capacidad de manejar efluentes de retrolavado, transformándolos en residuos manejables para su eliminación en tierra.

Si bien los ensayos biológicos se vieron limitados por factores externos, como las dificultades de muestreo y la variabilidad de las condiciones del agua, los resultados iniciales fueron prometedores. El agua de vertido ha cumplido con la norma D-2 en todas las operaciones.

La primera fase del proyecto, de enero a junio de 2024, se centró en la ingeniería y las pruebas de la solución contenedorizada. La segunda fase, de julio a diciembre de 2024, amplió el alcance para incluir el análisis de mercado y la participación de las partes interesadas, sentando las bases para futuras iteraciones.

Por ejemplo, se podrían alquilar o comprar unidades portátiles e instalarlas en barcazas o puertos para asistir a buques con sistemas de gestión del agua de lastre inoperables, garantizando así el cumplimiento de las normas ambientales ante averías inesperadas. Esta capacidad cubriría una necesidad crítica en las operaciones marítimas actuales, ofreciendo a los puertos y a las compañías navieras un plan de contingencia fiable y eficaz.