Por José Francisco Díaz/ Andrés Orrego
La próxima semana, Sebastián Montero, presidente de Andes Consultores, y que a lo largo de su carrera ha estado ligado a la atención de cruceros debido a los cargos que ocupó en diversas empresas y en la Corporación de Puertos del Conosur, organización que -incluso- presidió, tendrá que exponer sobre los atractivos de América del Sur ante los principales ejecutivos de esa industria en la Seatrade de Miami. Sin embargo, como orador, teme que el foco de su presentación se centre en los problemas que algunas de las naves turísticas han tenido en Chile.
Montero, en entrevista con PortalPortuario.cl, se refirió a los bloqueos llevados a cabo por trabajadores portuarios en Valparaíso y Puerto Montt, pero también tuvo palabras para la -a su juicio- mala atención que se dio al crucero Norwegian Sun en la capital regional porteña. La nave debió desembarcar pasajeros, en su mayoría de la tercera edad, en tender boats, algo poco común para el Home Port chileno, lo cual calificó de “vergonzoso”.
“Los tender se usan en puertos que no tienen la facilidad para atender cruceros, como Punta Arenas, que está ampliando su muelle para atracar naves en cualquier condición, pero eso nunca había pasado aquí en Valparaíso”, apuntó Montero.
¿Quién es el responsable de todo esto?
Aquí tú tienes una empresa del Estado, que es Puerto Valparaíso, y un concesionario que es TPS. Cuando entregas una concesión existe un contrato que determina qué es lo que se puede y lo que no se puede hacer, entonces la empresa portuaria tiene la obligación de controlar ese contrato. Ellos tienen gente especializada para ver que los concesionarios hagan todo lo que el contrato dice y si no lo hacen, pasar las multas correspondientes.
¿Existe una falla en cómo se maneja la concesión?
El concesionario no puede hacer más que lo que la empresa le permita. Tenemos un problema de dos manos. Por un lado el cambio de un día para otro del Manual de Procedimientos, por lo cual los buques de pasajeros pasaron a no tener prioridad de atraque en los sitios 1,2 y 3 de Valparaíso y ahora la tienen los buques de carga, lo que no era así antes. Todos estos inconvenientes, que solamente están comenzando, porque si en esta temporada ya hemos tenido inconvenientes con este “nuevo sistema” que implementó TPS, no quiero pensar lo que va a pasar en dos o tres años más.
¿Qué opinas de que esta situación se haya producido, además, con una naviera que costó que retornara a Chile?
No quiero imaginar lo que pasó con Norwegian Cruise Line, ya que nos costó no menos de cinco años de negociaciones para que volvieran a Chile después de que se fueron. La que es, justamente, la línea de cruceros que llegó la temporada pasada y que nos aportó con más de 40 recaladas y con más de 100 mil pasajeros y tripulantes. Si los estamos tratando así, no quiero pensar lo que están diciendo. Los reclamos han sido constantes y no sólo de ellos…
¿Qué le parece la relación que existe entre TPS y Puerto Valparaíso? El alcalde Jorge Sharp dijo que ambos son responsables de esta situación ¿Lo cree así?
En primer lugar, y por sobre los negocios, hay que preocuparse del país, independiente del color que uno tenga. En Chile, las políticas de turismo han dado tremendos resultados. Hoy día tenemos una cantidad de turismo que ni se podía imaginar hace algunos años. Todos los gobiernos han trabajado muy bien en esa área. Esto no me hace sentido, pienso en que en el nuevo terminal de pasajeros de Valparaíso se invirtieron 9 millones de dólares ¿para qué?, estamos dando el peor espectáculo posible sobre todo con la Seatrade, la próxima semana.
Usted será expositor representando a Chile y Argentina, según nos adelantó el interventor del Puerto de Buenos Aires, Gonzalo Mórtola ¿Cómo cree que lo recibirá la industria después de esto?
Para empezar, con este barco hubiese tomado un cuidado enorme sabiendo que se aproxima Seatrade la próxima semana. Eso debiese haber encendido las alarmas. En mi caso, va mucho más allá de lo que tú piensas. Seatrade y la Asociación de Cruceros Internacionales me convidaron para representar a toda Sudamérica, entonces voy a hablar en nombre de todos los países correspondientes, no sólo por Chile y Argentina, sino por todos.
¿Teme cuestionamientos de parte de los ejecutivos de las líneas de cruceros?
Todos ellos me han apoyado y entregado material para hacer una exposición acorde a todo el potencial que tiene la región. He recibido un apoyo decidido y están todos muy contentos porque nos dan una oportunidad inédita (a la región) y a mí. Ahora, todo lo que ha sucedido, más allá de las bondades de nuestra región, sé que causará que más de alguien me pregunte al respecto y no quiero que me pillen desprevenido. Yo sé lo que está pasando, pero siempre voy a querer ayudar al país. Dañados vamos a salir, pero no quiero salir trasquilado.
¿Qué le parece que una temática ajena (cargas limpias) afecte la actividad?
Hay que separar este tema, las cargas limpias son otra historia y estos señores no encontraron nada mejor que presionar con la llegada de los cruceros; dos veces en Valparaíso, también en Puerto Montt, la otra vez en Iquique. No hay que mezclar. Lo malo de las cargas limpias es que está repercutiendo en los cruceros como un medio de presión, no tiene nada que ver una cosa con la otra, por lo que lo de hoy se debió al cambio de prioridad en los sitios, ese es el tema de fondo, no las cargas limpias.
*Nota de la redacción: Los inconvenientes en Puerto Montt e Iquique se debieron a conflictos de los trabajadores portuarios con las empresas portuarias estatales y no guardan relación con las denominadas cargas limpias.
Igualmente se mezcla…
Lo central es que se ha cambiado de un día para otro, la prioridad en los sitios de atraque 1,2 y 3 de Valparaíso. Ahí está el problema y, por eso, pasó lo que pasó. El crucero tuvo que estar a la gira con 1.700 pasajeros.
También hubo problemas con el equipaje…
Aquí hay un problema mucho mayor con las maletas, eso fue caótico, incluso usaron remolcadores para traerlas. Fue un caos, los reclamos de los pasajeros que tuvieron que esperar durante horas, entonces todo se hace más difícil aún, en un puerto de recambio como es Valparaíso. Menos se entiende cuando recién se terminó un terminal maravilloso de 9 millones de dólares. Fui dos veces presidente del directorio de la Corporación de Puertos del Conosur. Los esfuerzos y negociaciones que hicimos para que volvieran fueron enormes. Lo conseguimos y estaban todos satisfechos, 40 recaladas y 100 mil pasajeros y ahora nos vienen con esto.
¿Cómo se zanja el tema?
La solución tiene que venir de arriba y debe predominar siempre el concepto país. Si el país quiere turismo y cruceros, eso se debe respetar. EPV Y TPS tendrán que sentarse para resolver el impasse que se creó por un cambio que se hizo en el último año. Esto no sólo afecta a Valparaíso, esto complica la ruta a Buenos Aires. Gonzalo Mórtola se lo planteó a ustedes en una entrevista a PortalPortuario.cl, también afecta a Puerto Montt y Punta Arenas.
¿Qué tan mal parado queda Chile debido a esto?
Es una vergüenza, un buque con 2.500 personas entre pasajeros y tripulantes, y bajando las maletas en remolcadores. Los cruceristas en su mayoría no son gente joven que encuentre cómodo llegar en tender a los muelles. Es lamentable lo que está pasando, damos una pésima imagen.
¿Qué le parece la postura de la autoridad?
Me llama la atención que las autoridades regionales no reclamen más o no den más apoyo para resolver esto, porque es un problema entre la Empresa Portuaria y el concesionario. Lo de las cargas limpias lo están usando como medida de presión y no tiene nada que ver con el tema de fondo de por qué el Norwegian Sun quedó a la gira.
TPS podría argumentar que cambiaron, la prioridad porque a TCVAL también se le concedió ¿Qué cree usted?
Es seguramente lo que van a plantear, pero aquí hay que ver cuál es la política país y qué es lo que nos beneficia como nación. Si algo está malo habrá que tratar de revertirlo, pero yo no puedo cometer el mismo error que se cometió con uno o con el otro. Esto va a tener que ser por las autoridades que corresponden y tomar una decisión. Mi opinión personal es que se debería revertir lo que se hizo. Aquí no cabe nada más que velar por el bien del país, no hay otro tema. A Valparaíso llegan 40 cruceros y tener un problema de esta envergadura no me parece inteligente.
¿Ha llegado la hora de contar con un muelle exclusivo para pasajeros?
Hay que ver si ese muelle se sustenta presupuestariamente sólo con cruceros, por qué tengo mis dudas que se pague con 40 recaladas, me parece difícil, debería dársele un uso para cargas también. Sería genial que hubiese un terminal exclusivo de cruceros, ojalá así sea, se resolvería todo esto. Si ese es el futuro y es hacia donde se está mirando, hay que considerar lo que está sucediendo desde el día de hoy hasta cuando se entregue ese muelle.