Por Andrés Orrego Siebert

@PortalPortuario

“Ecosistema” ese es el concepto que resume por qué Chile fue elegido por la multinacional naviera, portuaria y logística Maersk para desarrollar -junto a Sotraser, su partner local- una solución para el transporte de carga con una flota de camiones eléctricos y cero emisiones.

La ventaja de Chile, en este sentido, es que ya cuenta con infraestructura desarrollada para el uso de este tipo de equipos, lo que ha venido dándose desde la introducción de buses eléctricos, generando la especialización de conductores profesionales, la habilitación de puntos de carga y de talleres dedicados a la mantención.

Por ahora, la primera etapa considera la puesta en marcha de entre tres a diez camiones, pero la expectativa es que -en la medida que la inercia de la transición energética se siga rompiendo y esto despierte el interés de los clientes- la flota aumente.

“Como Maersk vimos un ecosistema en Chile que nos permite crear capacidades para proyectos con nuevas tecnologías y este proyecto lo estamos desarrollando como una colaboración. Esto es importante, porque se genera una confianza a nivel local”, adelanta Alexis Rodríguez, director para la Ejecución de la Transición Energética de Maersk en Latinoamérica, al ser consultado por PortalPortuario respecto de esta iniciativa pionera.

Usted dice que Chile tiene un ecosistema, ¿a qué se refiere?

Chile tiene un ecosistema interesante para el desarrollo de nuevos combustibles y la utilización de camiones eléctricos, lo cual permite el desarrollo de este modelo, no solamente dentro de lo que es Santiago metropolitano, sino también en un corredor muy interesante para nosotros como lo es el de San Antonio – Santiago en el que, justamente, nosotros estamos disponibles para proveer este producto bajo en emisiones.

Cuando se lanzó esta iniciativa, se mencionó también a Valparaíso y a la Región de Antofagasta. ¿Por qué se ha elegido a esas zonas portuarias, además de la de San Antonio?

Básicamente, parte de las soluciones que estamos viendo de manera integral son corredores cortos en donde existe esa conexión, donde hay un potencial muy interesante y un análisis desde el punto de sostenibilidad con los productores que exportan lo que es el salmón en el sur. También existe un potencial de conexión y del tramo pequeño, recordando que una de las limitaciones que existen de los vehículos eléctricos es la autonomía. En nuestro caso, sería lo ideal que todo esto pudiese moverse a camión, pero por las distancias que existen en Chile, se han seleccionado corredores particulares en los que se puede hacer una cadena de suministro final con un valor agregado de bajas emisiones.

Acaba de mencionar al salmón, ¿proyectan también llevar esa solución al eje Los Lagos-Bio Bio?

Siempre y cuando se cuente con la infraestructura. En este momento, lo más importante es que se hicieron las comparaciones tecnológicas y, por ahora, esto lo hemos definido en los corredores establecidos, pero en la medida que se den las condiciones de infraestructura y el ecosistema se desarrolle, podremos avanzar en este tipo de trabajo en otras zonas. 

¿La habilitación del transporte público eléctrico en regiones como la de Santiago, Valparaíso y Antofagasta ayudó a construir este ecosistema que usted señala?

Mira, sin duda, a nivel de Latinoamérica, uno de los factores clave que incide en el desarrollo de la transición a energía o electromovilidad de equipos pesados. Uno, porque casi es muy similar el tema del kilowatt con el tema de capacidad de energía que acumula este tipo de transportes y, dos, por el tema de la infraestructura y, tres, por el factor humano y las capacitaciones. Donde crezca el transporte público masivo eléctrico, vas a ver que va acompañado con un desarrollo, particularmente, una transición hacia lo que es el equipo pesado eléctrico.

Claro, estamos hablando de conductores profesionales y, además, especializados en un nuevo tipo de vehículos… 

Es interesante esto, porque -al final- es mucho más soft el tema de manejo y eso lo hace más confortable para el conductor. De hecho, la conducción se siente totalmente diferente, además de la ergonomía. Entonces yo creo que uno de los factores más importantes aquí es el tema de la capacitación del servicio. Ahí sí hay una diferencia, porque no cualquiera puede manipular un equipo de alto voltaje, por lo que se requieren áreas de servicio, herramientas y certificaciones para los mantenimientos y cuidados.

Este servicio que han lanzado incluye, por ahora, tres modelos de dos marcas de camiones. ¿Cuál es la proyección y cuántas máquinas se van a incorporar?

El crecimiento va a ser exponencial, dependiendo también del deseo y del interés por el valor agregado que puede traer este tipo de operaciones. Básicamente, vamos a ir encaminados hacia una transición sostenible y financieramente viable para que el cliente obtenga el mejor valor agregado. Lo que estimamos que puede ser unos tres o diez camiones, en una primera fase, dedicados a este tipo de servicios.

¿Cuál es la oportunidad que se presenta con este nuevo servicio? 

Esto es el inicio de un paso para generar mayor infraestructura que permita realizar el crecimiento prolongado de este tipo de operaciones. Uno de los temas principales de este asunto es la interconexión portuaria hacia este desarrollo de esta solución, porque sabemos, generalmente, que existe un volumen muy interesante, pero que opta por otro tipo o modo de transporte, así que la oportunidad está no solo en los resultados de tener estos camiones rodando, sino en las estrategias de descarbonización y sustentabilidad que tienen las empresas en Chile, donde bajar los tiempos de espera es un punto relevante para la sostenibilidad de una operación.

¿Cómo se manifiesta esto con los camiones eléctricos?

Estos camiones no contaminan, pero tampoco emiten ruido, no tienes el escape o el freno sonando. Esos son factores muy importantes que podemos explotar y que pueden permitir o catalizar que, generalmente, exista una mayor fluidez en la carga, brindando valor agregado y eficiencia a los tiempos de espera.

A veces en los puertos hay congestión. ¿Cómo afecta esto a la autonomía de estos camiones, si se piensa que los puertos chilenos no tienen electrolineras como sí poseen los terminales de Europa?

No nos enfoquemos en Europa, porque hace algunos años podríamos haber dicho o mirado a Europa como modelo, pero, al contrario, creo que Chile, hoy en día, es uno de los países que, y sin temor a decirlo, está más avanzado en materia de electromovilidad de equipos pesados en la región. En Chile se rompió la inercia del cambio de la transición energética y ese momento hay que aprovecharlo y, particularmente, creo que estos factores de contar con electrolineras o tecnologías de cargadores son importantes a la hora de impulsar esta transición. Por ahora, con nuestra solución podemos ofrecer el servicio a nuestros clientes sin tener un cargador en el puerto, pero si pudiéramos tenerlo, entonces estaríamos ante un mayor crecimiento y un volumen más grande.

¿Cuál es el valor agregado que entrega esta operación con camiones eléctricos?

Esto agrega valor, porque estamos hablando de una solución que tiene y que viene del uso de energía renovable de energía limpia, certificada y que puede ser utilizada con el compromiso en metas que tiene cada uno de nuestros clientes en materia de sostenibilidad. También está el factor de la eficiencia, en relación al tiempo en el transporte, en que podamos tomar la carga y enlazarla de manera segura, rápida y sostenible con los otros factores que integran las actividades operativas de Maersk. El último valor agregado es lograr ese transporte sostenible con nuestros socios locales al desarrollar ese ecosistema, gobernanza y relaciones estratégicas para contribuir a la meta de un país que tiene mucho potencial por seguir explotando y siendo una de las potencias de transición energética al nivel global.

Después de realizar este proyecto aquí en Chile, no sé si ustedes han visualizado la posibilidad de llevar esta solución a otros puntos de nuestra región. ¿Es posible? ¿En qué horizonte? 

Nosotros estamos trabajando a nivel regional en muchos países, particularmente, como te lo mencionaba anteriormente, en crear el ecosistema; es decir, esa base crítica que se necesita para poder generar ese punto de equilibrio entre ecosistema, gobernanza, infraestructura y esos actores estratégicos como las instituciones gubernamentales. Nuestros próximos pasos están no solamente en la edificación de una solución, sino en múltiples elecciones.

En el caso, por ejemplo, de Argentina y Uruguay, no solamente estamos hablando de electromovilidad por diferentes tipos de ecosistemas que existen allá, sino también estamos viendo en esos dos países el tema de los biocombustibles. De igual manera, en Brasil estamos viendo lo que es combustible alternativo y terminales de electromovilidad, mientras que en Perú tenemos también algo muy interesante que próximamente vendrá en temas de electromovilidad y equipos pesados. A su vez, para lo que es Colombia, Panamá, Guatemala y demás, tenemos proyectos específicos.