Por Redacción PortalPortuario/ Agencia Reuters
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El amoníaco sin carbono evidencia diversos obstáculos de costo y seguridad como combustible para el transporte marítimo.
Este producto, el cual no tiene carbono sería un combustible con cero emisiones si se fabricara a partir de hidrógeno producido con electricidad renovable. Sin embargo, la seguridad es un gran desafío para los productos que normalmente se utilizan para fertilizantes y explosivos.
“Actualmente, la falta de reglamentación, la experiencia en el uso y la toxicidad del amoniaco a bordo de los barcos constituyen importantes elementos disuasorios en materia de seguridad”, afirmó Laure Baratgin, responsable de operaciones comerciales de Rio Tinto.
A nivel mundial, solo se han pedido 25 buques de doble combustible de amoníaco hasta 2024, por detrás de una flota de al menos 722 buques alimentados con GNL y 62 buques alimentados con metanol hasta el mismo año, que incluye pedidos y buques que ya están en funcionamiento.
Actualmente sólo están en servicio dos buques más pequeños alimentados con amoníaco, incluido un remolcador en Japón.
Un estudio del Centro Global para la Descarbonización Marítima (GCMD) identificó 400 riesgos asociados con el abastecimiento de amoníaco, que según dice pueden mitigarse con medidas como acoplamientos de liberación de emergencia para cerrar los sistemas cuando se detecta una fuga.
Por otra parte, alimentar barcos con amoníaco puede costar entre dos y cuatro veces más que con combustibles convencionales, debido al suministro limitado para el sector marino y a una densidad energética aproximadamente dos veces y media menor que la del combustible tradicional.
Cabe recordar que en uno de los mayores puertos de exportación a granel del mundo, Port Dampier, se completó la primera transferencia de amoníaco de un buque a otro en septiembre de 2024.