Por Redacción PortalPortuario.cl
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Jorge Lara, del equipo de Innovación y Desarrollo del Clúster Portuario de la Fundación Valenciaport, aseguró que los puertos son lugares “ideales” para llevar adelante el modelo de economía circular que, a diferencia de un esquema lineal, busca extender el valor y la vida útil de distintos tipos de elementos propios de la actividad.
“La economía circular, en principio, es un modelo de producción y consumo que implica compartir, reutilizar, alquilar, etc, etc, lo que genera un cierto valor añadido. Nos hemos dado cuenta que la economía lineal que se siguió hasta ahora hace que los recursos, cada vez, sean más escasos, que tengamos dependencia y, por lo tanto, esto implica que el modelo productivo y de consumo se vea comprometido. En el caso de los puertos, entendemos que son lugares ideales donde confluyen todo tipo de residuos y flujos industriales. Además, son nodos logísticos para importación y exportación de residuos y lugares que alojan, en algunos casos, industrias activas en la recolección y tratamiento de residuos y son actores activos de innovación”, describió Lara.
Lara, quien será expositor del “Seminario Internacional, beneficios y oportunidades de la Economía Circular en los puertos chilenos”, aseguró que involucrar al sector portuario en este esquema contribuye a facilitar la transición hacia un sistema más sostenible.
“La economía circular en los puertos persigue estos temas. Por un lado tienes la actividad logística, en un segundo lugar la industria que se aloja o se sitúa en los clusteres portuarios y, luego, por otro lado, las relaciones con el hinterland. Entonces, en un puerto se mueven mercancías, se producen cosas, son lugares de intermedio donde esos insumos se transforman y, por lo tanto, lo que es esta economía circular se puede aplicar a los mismos”, añadió.
De acuerdo a Lara, los puertos en sus políticas de sustentabilidad o sostenibilidad incorporan elementos de eficiencia energética y de descarbonización, pero no cuentan con acciones definidas de economía circular a pesar de que, en la práctica, sí se produzcan.
“Estas prácticas se llevan a cabo de forma aislada. Muchas veces, el desconocimiento de prácticas que puedan ser aplicadas en los puertos y que vienen de la industria hacen que no se implanten los esquemas de producción o desempeño de estas empresas que están en los puertos”, observó.
“Cuando compramos una grúa para una terminal portuaria. Probablemente, si los buques crecen dentro de seis u ocho años esa grúa se puede quedar pequeña, entonces el ejercicio sería tirarla o cambiarla por otra y ahí estaríamos siguiendo una economía lineal, porque no estamos dando una solución a esa grúa que podría seguir funcionando. Desde un esquema lineal, esa grúa iría a desguace o se vendería a una segunda terminal, pero en la economía circular esa grúa podría tener un segundo uso o convertirla en una grúa que pudiera atender buques más grandes. Por eso, la economía circular tiene un poquito de creatividad al perseguir prolongar el valor de esos productos, de esos materiales, de esos recursos en el tiempo y evitar que eso que ya no nos sirve lo desechemos o acabe en un vertedero”, ejemplificó.
Lara, asimismo, advirtió que para implantar un modelo de economía circular en un nodo o cluster portuario se debe generar un trabajo colaborativo que facilite compartir buenas prácticas e ideas que puedan ser implementadas entre empresas e incluso alcanzar ahorros y eficiencias al compartir recursos o residuos.
“Los avances tecnológicos de la industria 4.0 nos podría ayudar a conseguir que la implantación de una economía circular sea más efectiva, porque cuando hablamos de eficiencia energética, muchas veces nos topamos que no somos conocedores que, a lo mejor, un residuo que pertenece a una empresa podría ser el insumo de una empresa adyacente. Tampoco hay esquemas de central de compras para empresas de un mismo sector y que precisan de los mismos insumos o incluso la propia gestión centralizada de mercado de segunda mano en el que se puedan compartir residuos o productos de segunda mano, lo que conllevaría abaratar costos y se evitarían compras innecesarias de activos que tienen un porcentaje de uso que tienen un uso muy pequeño como, por ejemplo, una báscula para contenedores”, apuntó Lara.