La segunda quincena de mayo se realizarán las primeras pruebas de navegación por las nuevas esclusas del Canal de Panamá ampliado, según dio a conocer Grupo Unidos Por el Canal, principal contratista de las obras que llevan más de un año de retraso.
Según expuso a la agencia EFE el director de Proyectos del consorcio, José Peláez, una vez se completen las pruebas de navegación podrán entregar la obra para que la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) realice sus propias ensayos.
El GUPC, que está liderado por la constructora española Sacyr, usará para las pruebas de navegación un barco sin carga alquilado por ACP, explicó Peláez a la agencia española, información que es reproducida por el diario La Estrella de Panamá.
Durante el recorrido, Peláez aseguró que la obra cumple con el tiempo estipulado para abrir y cerrar las compuertas y para llenar las esclusas, dos requerimientos del cliente.
La ampliación del Canal de Panamá, “posiblemente la mayor obra de ingeniería de la historia”, en palabras del ingeniero español, se inició en 2007 y en la actualidad enfila la recta final con un avance de más del 96 %.
“Es una obra que se ha hecho en un tiempo tremendo aunque estemos con retrasos, hemos tenido que desarrollar mucha tecnología para cubrir con lo que el cliente quería”, apuntó Peláez.
La ampliación tiene un coste global inicial de 5.250 millones de dólares. El proyecto de las nuevas esclusas se firmó por 3.118 millones de dólares en 2009, pero el contratista ha presentado reclamos por cerca 2.400 millones de dólares.
La ampliación permitirá el paso de barcos con hasta 13.000 contenedores casi el triple de los actuales, que pueden llevar hasta 5.000 contenedores. “Vamos a conseguir pasar 2,6 veces más de carga con un 7 % menos de agua”, indicó el directivo.
La nueva obra cuenta con un complejo de piscinas que permite almacenar y reutilizar el agua de las esclusas, mientras que con el sistema actual el agua va directa al mar.
Con la ampliación del Canal, por el que actualmente pasa el 6 % del comercio mundial, se abren “infinidad de oportunidades y nuevos mercados”, como el del transporte del gas licuado porque “la dimensión que tiene la nueva esclusa es perfecta para los (buques) gasíferos”, dijo Peláez.
“Es una obra de repercusión global, que va a impactar en la logística mundial. A partir de aquí, las empresas van a tomar decisiones de deslocalización que uno ni siquiera llega a adivinar”, aseveró Peláez.