Por Luis Alonso
De Chancay a Shanghái es probablemente la frase que más se repitió desde que se inició la construcción del proyecto portuario que, ahora, conecta en 23 días al Perú con China. En efecto, el 14 de noviembre de este año quedará inscrito en la historia peruana por ser el día del nacimiento de un gigante.
El nuevo terminal portuario multipropósito, el megaproyecto portuario más grande que se ha desarrollado en ese país, se ubica en el distrito del mismo nombre, provincia de Huaral, a algo más de 70 kilómetros del Callao, ciudad portuaria que acoge al puerto principal del Perú.
La apuesta peruana, al menos desde el punto de vista de las autoridades es de complementariedad, aunque los ejecutivos portuarios ya plantean que están en una lógica de competencia. Aún así, Chancay quiere ser el hub sudamericano con miras a tener hasta un 70% de operaciones de transbordo. Su capacidad inicial, cabe recordar, es de 1 millón de TEU y, desde ese terminal portuario, aspiran an mover en su primer año unos 750 mil contenedores de 20 pies.
El Puerto de Chancay goza de una ubicación geográfica estratégica al estar asentado en la costa central del Perú y de América del Sur. Además, sus condiciones naturales de la bahía le permitirán recibir buques de grandes dimensiones, apuntando a atender portacontenedores con 400 metros de eslora.
La propia Cosco Shipping Ports, dueña en 60% del Puerto de Chancay junto a la peruana Vulcan (40%), ha sostenido que tiene como objetivo ser uno de los espacios logísticos más modernos y eficientes del Perú, con la última tecnología. Lo anterior quedó demostrado desde la inauguración del recinto portuario a principios de noviembre de este año, ocasión que permitió ver en funcionamiento a los equipos automatizados, los que movieron la carga al interior del terminal sin interferencia humana directa.
Con el Puerto de Chancay también se espera que brinde una alternativa para descongestionar otros puertos clave como el Callao, lo que facilitará la importación y exportación de mercancías de manera más eficiente. Al estar ubicado en una zona estratégica, cerca de importantes rutas comerciales en el Pacífico, se espera que optimice las operaciones logísticas y reduzca los costos de transporte.
Como un puerto de gran escala, se contempla que Chancay favorezca el comercio entre Perú y mercados globales, particularmente con Asia. Se apunta a que el megapuerto se consolide como un hub logístico regional, no solo para Perú, sino también para el comercio de toda América del Sur con Asia y otras partes del mundo.
Sin embargo, a pesar de su ubicación estratégica, las infraestructuras viales y ferroviarias de acceso aún no están completamente desarrolladas. Las rutas que conectan el puerto con otros puntos clave del país podrían enfrentarse a congestión y falta de capacidad, lo que afectaría la eficiencia en la distribución de mercancías. Las mejoras viales, el sistema ferroviario y las conexiones logísticas internas podrían no soportar el volumen de carga que se espera y, con esto, generar retrasos en la operativa del puerto.
Además, si el Puerto de Chancay no se integra adecuadamente con otros recintos portuarios del país, como el Puerto del Callao, la eficiencia en el flujo de mercancías podría verse afectada y, por tal, dificultar el alcanzar su máximo potencial en términos de capacidad de manejo de carga.
El Puerto de Callao, que es el principal recinto portuario del Perú, ya está altamente desarrollado y bien integrado en la red logística peruana e internacional, junto con seguir expandiéndose. Chancay competirá con Callao y otros puertos regionales para atraer a los mismos clientes, lo que podría generar tensiones entre operadores logísticos y comerciantes.
La coexistencia de ambos puertos podría requerir una reestructuración en las rutas y servicios existentes y, por tanto, Chancay deberá ofrecer ventajas competitivas claras sobre otros terminales de la región, como tiempos de tránsito más rápidos efectivos, costos más bajos o un servicio más eficiente. Si estas ventajas no se materializan, el puerto podría no atraer la cantidad de carga esperada.
Asimismo, los ejecutivos a cargo de los principales terminales del Puerto del Callao, DP World y APM Terminals, han señalado que Callao “es casi imposible de superar” y, asimismo, se sostuvo que son competencia de Chancay y que ellos ya ostentan la condición de hub a la que aspira el recinto portuario chancayano. Al mismo tiempo se asegura que son el puerto natural para gran parte de las principales industrias del Perú que están en Lima y el Callao. “La carga de Lima y del eje principal productivo del Perú va, siempre, a encontrar en Callao a su puerto principal”, sostuvieron desde APM Terminals Callao.
A la fecha, la naviera Orient Overseas Container Line (OOCL) -filial de Cosco Shipping– volvió a recalar al Puerto del Callao desde la penúltima semana de diciembre de 2024. Esto se generó un mes después que la compañía optara por trasladar la operación desde Callao al complejo portuario de Chancay y, ahora, el terminal chancayano se sitúa como una escala más de la ruta más amplia.
Sin embargo, una de las tendencias que se contempla se genere es la implementación de servicios feeder desde puertos de la región hacia Chancay. De momento, la naviera X-Press Feeders se ha instaurado como la única en implementar este tipo de prestación, sin abandonar Callao, pero uniendo tres puertos del norte de Chile con Chancay.
Otro factor a tener en consideración son los riesgos geopolíticos. El Puerto de Chancay se desarrolló en gran parte con inversión extranjera, en particular del consorcio chino Cosco Shipping, que tiene un control significativo sobre el megapuerto. Esto genera preocupaciones sobre las fluctuaciones en las relaciones diplomáticas o comerciales con países como China.
Un ejemplo claro y reciente de lo anterior es la medida propuesta por Mauricio Claver-Carone, asesor de la transición presidencial de Donald Trump, quien propuso aplicar un arancel de 60% sobre la carga que sea movilizada a través del Puerto de Chancay en tránsito hacia Estados Unidos. Esto debido al vínculo directo que tiene el recinto portuario con China.
Y es que el Puerto de Chancay favorecería y fortalecería la posición de China en Sudamérica ante una potencial guerra comercial con Estados Unidos. Además, han surgido voces que sostienen que el recinto portuario tiene el potencial de ser utilizado como base para la Armada de China.
A su vez, Chancay podría verse afectado por las fluctuaciones en las políticas económicas y comerciales del gobierno peruano. Si hay cambios en la administración o políticas que afectan la inversión extranjera o las relaciones comerciales internacionales, esto podría influir en la operativa y la rentabilidad del puerto.
Otro factor a considerar son las condiciones climáticas. La región costera del norte de Lima es susceptible a fenómenos climáticos como marejadas y el fenómeno de El Niño, que puede causar lluvias torrenciales y, con esto, alteraciones en la infraestructura portuaria. Sin ir más lejos, según información pública de la Dirección General de Capitanías y Guardacostas (Dicapi), en 2024 se produjeron 11 cierres de puertos (en distintos niveles) en Chancay, de los cuales cuatro fueron totales.
2025 será un período de pruebas intensivas para las distintas partes del Terminal Multipropósito de Chancay, tales como sus sistemas de gestión de carga, procesos aduaneros, servicios de transporte terrestre y manejo de contenedores. Es probable que se ajusten constantemente los procedimientos operativos, buscando mejorar la eficiencia y minimizar los tiempos de espera.
El puerto tendrá que trabajar en la consolidación de relaciones comerciales y logísticas con importantes actores del sector, como navieras, agentes aduaneros, operadores logísticos y otros recintos portuarios internacionales. Si bien se suele hablar de competir (Long Beach y Manzanillo) también hay quienes apuntan a la complementariedad.
Mucho se puede decir, esperar o especular. Lo cierto es que el primer año de funcionamiento del Puerto de Chancay será crucial para establecer las bases de su operativa, su capacidad de integración en las cadenas logísticas peruanas e internacionales y su impacto en la economía local y regional.
