Por Paulina Arancibia, desde San Antonio
En el marco de la segunda jornada del Seminario Internacional de Ingeniería y Operaciones Portuarias (2016), que se está llevando a cabo en San Antonio, el ingeniero de la UTFSM y consultor de PRDW, Andrés Puelma, se refirió a la problemática que significa el cierre de puertos por informaciones erradas sobre marejadas y otros eventos de oleajes.
En su exposición “Marejadas, pronósticos de oleaje local y cierres de puerto”, reflexionó en torno al fenómeno de las marejadas y las consecuencias que generan en la actividad portuaria.
“Hay una impresión que las marejadas han aumentado durante los últimos años, estos fenómenos pueden ser muy diferentes unos de otros. Existe un problema en la definición del concepto, lo que muchas veces no genera los cuidados que se requieren, y se toman medidas conservadoras, que muchas veces no son las apropiadas”.
Según explicó Puelma, las marejadas son diferentes en cada lugar, un evento que se define como marejada normal, puede no serlo en otro sector costero de Chile.
“Las informaciones otorgadas por la páginas web son muy generalizadas y están enfocadas más a deportes náuticos, es decir, lo que pasa en las playas, no necesariamente es la situación de los puertos. Estas páginas generan una sola estimación, para el cierre de puertos hay que fijarse en las condiciones, requiere apoyarse en mediciones instrumentales, no medir al ojo, hay que tener mucha experiencia para eso, conocer las características del lugar”.
“Es aconsejable contar con un buen pronóstico de oleaje en cada puerto, y siempre apoyado con mediciones instantáneas porque el pronóstico es una proyección, es lo que uno espera que ocurra dependiendo de las condiciones climáticas que son muy difíciles de predecir”, explicó Puelma.
En la exposición, Puelma mostró los resultados de un estudio realizado en el puerto de Patache entre 2012 y 2015, que dio cuenta que un 25% de los cierres de puertos no estaban justificados, debido a que los pronósticos no son muy confiables, a veces carecen de datos y mediciones, lo que puede generar grandes pérdidas para los puertos.
“De 400 días que estuvo cerrado este puerto en un periodo de casi 4 años, sólo 100 días debería haberse cerrado con un pronóstico certero y claro, es decir que la actividad portuaria habría aumentado de un 74% a un 81%”.
En este sentido, “planteamos que si un puerto puede llegar a implementar un pronóstico de oleaje que se demuestre eficiente, puede ser considerado por la autoridad marítima local, ojalá de manera oficial, como una herramienta propia para la toma de decisiones en cuanto a abrir o cerrar puertos o cuando hacerlo”.