Por Redacción PortalPortuario/Agencia Reuters
Un Tribunal de Finlandia ha denegado una solicitud de liberación de un petrolero que la policía sospecha que dañó una línea eléctrica submarina y cuatro cables de telecomunicaciones en el Mar Báltico. Este incidente es uno más de varios del mismo tipo que vienen ocurriendo desde 2022.
Las infraestructuras críticas submarinas en el Mar Báltico han sufrido daños sospechosos, lo que ha llevado a que las naciones del Mar Báltico estén en alerta máxima y que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) optara por aumentar su presencia en la zona.
Cabe recordar que el cable eléctrico submarino Estlink 2, que conecta Finlandia y Estonia, resultó dañado el 25 de diciembre, junto con cuatro líneas de telecomunicaciones. Finlandia inició una investigación por sabotaje y el 26 de igual mes y confiscó un petrolero que transportaba carburante ruso bajo sospecha de que había causado el daño al arrastrar su ancla.
Las autoridades finlandesas afirmaron que el Eagle S, registrado en las Islas Cook, formaba parte de una “flota encubierta” o “flota a la sombra” utilizada para eludir las sanciones a las exportaciones petroleras rusas. La Unión Europea comunicó que condena cualquier destrucción deliberada de la infraestructura europea.
La alianza militar de la OTAN anunció el 27 de diciembre que reforzaría su presencia en la región del Mar Báltico. El Kremlin afirmó el mismo día que el secuestro del navío no le preocupaba demasiado y Rusia ha negado anteriormente su participación en incidentes de ese tipo.
La policía finlandesa sostuvo el 29 de diciembre que había encontrado huellas en el fondo del mar donde sospecha que el Eagle S dañó los cables. El propietario del Eagle S, Caravella LLC FZ, con sede en los Emiratos Árabes Unidos, presentó el 30 de diciembre una solicitud ante el Tribunal de Distrito de Helsinki pidiendo la liberación del barco, la que fue rechazada el 3 de enero de 2025.
