Por Redacción PortalPortuario.cl
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El Global Shippers Forum (GSF), organización empresarial global que representa a los propietarios de carga que exportan e importan a través de las cadenas de suministro internacionales, expresaron su temor a que el nuevo impuesto al carbono que se discutirá en la reunión del Comité de Protección del Medio Ambiente Marino (MEPC) de esta semana en la OMI, “parece estar destinado a aumentar los costos de flete para los transportistas más allá de sus niveles ya récord”.
Tras los esfuerzos de una década de la Organización Marítima Internacional (OMI) para llegar a un acuerdo sobre el llamado IMO 2023, un conjunto de medidas de eficiencia energética para los barcos existentes, que entrará en vigencia el próximo año, su MEPC ahora discutirá una nueva propuesta presentada por la industria naviera para introducir un impuesto al carbono sobre el combustible búnker. Esto tiene como objetivo incentivar un cambio a opciones de combustible con menor emisión de carbono y eventualmente podría duplicar el precio actual de los combustibles tradicionales para búnkeres.
En primera instancia, GSF está instando a los reguladores a “asegurarse de que la posibilidad de que las líneas navieras eliminen el tonelaje más antiguo del mercado, que consideran antieconómico para actualizar a niveles de eficiencia cada vez más exigentes, no se utilice como un medio encubierto para la gestión de la capacidad que resulte en tarifas de flete más altas. Además, quizás exista un peligro más evidente para los transportistas. Dado el uso generalizado de los factores de ajuste de búnker (BAF) y la ola de nuevos recargos antes de la introducción del combustible con bajo contenido de azufre en 2020, los transportistas desconfiarán de cuánto de este impuesto al carbono propuesto se les transferirá”.
Como señala el Director de GSF, James Hookham, “se perdonará a los cargadores por pensar que la propuesta y su consideración en la OMI inevitablemente darán como resultado tarifas de flete aún más altas. Eso se debe a que la industria naviera tiene un mecanismo muy eficiente para pasar los costos de combustible más altos en forma de BAF; un recargo para cubrir las variaciones en el precio del combustible. Hay pocas garantías en las propuestas existentes de que un impuesto al carbono no se pasará simplemente como un costo adicional para los transportistas”.
Hookham añadió que “si la industria del transporte marítimo se toma en serio los mecanismos basados ??en el mercado como una ruta hacia la descarbonización, entonces necesita aislar a sus clientes de sus efectos inflacionarios; de lo contrario, las emisiones se reducirán al suprimir la demanda del comercio mundial en lugar de incentivar el cambio en combustibles y tecnología de propulsión, tan urgentemente requeridos”.
GSF instó a los miembros de la OMI en el Comité de Protección del Medio Marino a que “presten la debida consideración a los intereses de quienes constituyen los impulsores del comercio internacional, exportadores e importadores, y dadas las posibles sumas de dinero involucradas, insistan en que se implemente cualquier mecanismo de impuesto al carbono completamente transparente con exposición al escrutinio”.
“El MEPC debe analizar las realidades del mercado del transporte marítimo y evitar comparaciones simplificadas con experiencias en otros sectores de sus economías”, concluyó Hookham.