Por Redacción PortalPortuario.cl
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Una fina capa de pintura en el casco de los barcos de Höegh Autoliners está reduciendo las emisiones de CO2 en un 4%. El elemento permite que no se incrusten organismos marinos, una suciedad que hace que las embarcaciones pierdan efectividad en el uso de sus combustibles.
Los percebes, las algas y otros organismos marinos siempre han sido un gran problema para el transporte marítimo. Si estos organismos se acumulan en el casco, se reduce la hidrodinámica de la nave. Esto significa que se requiere más combustible para mover el barco por el agua, lo que aumenta las emisiones de CO2.
En un estudio de Marintek, se estimó que las incrustaciones aumentan el consumo de combustible y las emisiones en un barco promedio en alrededor del 15%. Durante un período de 60 meses, en un buque muy grande, esto provoca que se liberen a la atmósfera varios miles de toneladas adicionales de CO2.
Las pinturas de liberación biocida; otras con silicona, que le dan al casco una superficie muy lisa que las incrustaciones no pueden sostener; o las de hidrogel de silicio, que parece agua, esencialmente haciéndola invisible para los organismos contaminantes.
En Höegh Autoliners, estiman que las pinturas para cascos reducen el uso de combustible en un promedio del 4% por buque. Durante un año de funcionamiento, esto reduce las emisiones de CO2 en alrededor de 50 mil toneladas.