Por Redacción PortalPortuario.cl/Agencia ANSA
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La tensión comenzó a aumentar entre Israel e Irán después del ataque lanzado contra el petrolero Mercer Street, mientras navegaba al sur de Omán. El incidente causó, además, la muerte de dos personas.
Según los informes, uno o más drones kamikaze se estrellaron el viernes contra la cubierta del barco, matando a un ciudadano británico y otro rumano. Sin embargo, la historia se interpretó de inmediato como un atentado a Israel, porque la nave -que enarbola la bandera liberiana, es de propiedad japonesa y tiene una tripulación heterogénea- está dirigida por una empresa, Zodiac Maritime, que pertenece al empresario israelí Eyal Ofer.
“Tenemos pruebas de inteligencia de que Irán atacó el barco”, acusó el primer ministro israelí, Naftali Bennett, pero desde Teherán, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Saeed Khatibzadeh, negó cualquier responsabilidad.
“Como de costumbre -dijo- esta vez también desde el Estado sionista llegan acusaciones demasiado infundadas”.
Pero el asunto despertó de inmediato, preocupación incluso en Washington y Londres porque representa una importante escalada estratégica, ya que confirma una seria amenaza potencial para la navegación civil en aguas internacionales.
Israel -que desde hace tiempo está comprometido en una “guerra subterránea” con Irán que ya registró algunos intercambios de golpes (en su mayoría sabotajes) en el Mediterráneo y el Golfo Pérsico-, inmediatamente hizo un llamamiento a Washington y Londres para acordar una reacción común.
El ministro de Relaciones Exteriores, Yair Lapid, habló con el secretario de Estado, Anthony Blinken, y el jefe del estado mayor israelí, Aviv Kochavi, con su homólogo británico, Sir Nick Carter.
“Creemos que este ataque fue deliberado, dirigido y que representa una clara violación del derecho internacional por parte de Irán”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores británico, Dominic Raab.
Por su parte, Bennett enfatizó que “la brutalidad de Irán daña no solo a Israel, sino también a los intereses globales, incluida la libertad de navegación y el comercio internacional”.
“Sabemos -dijo- cómo enviar un mensaje a Irán, a nuestra manera”. Pero su reacción sobre las rutas marítimas corre el riesgo de ser desfavorable para Israel, ya que entonces tendría dificultades para garantizar una protección adecuada a cada barco que -como Mercer Street- tiene un vínculo muy débil con el estado judío.
Según informes de los medios de comunicación, Zodiac Maritime solo gestiona la navegación de más de 140 petroleros y buques de carga.
Una posible represalia israelí, según algunos analistas, podría provenir más bien de la cibernética. Ya en las últimas semanas, se ha atribuido a Israel un ciberataque que ha hecho que caiga el sistema ferroviario de Irán.
Mientras tanto, las modalidades del ataque a Mercer Street despiertan sin embargo considerable preocupación porque -si se confirman- parecen indicar un progreso significativo por parte de Irán en el uso de drones ofensivos.
La experiencia pasada enseña, según Israel, que estas capacidades también se transmiten gradualmente a los partidarios regionales de Irán. Estos incluyen a los houtis en Yemen, las milicias chiítas en Irak, Hezbollah en el Líbano y Hamas en Gaza. Una amenaza potencial adicional para toda la Región.