Por Luis Alberto Zanela, Grupo T21
@BetoZanela
La Administración Portuaria Integral (API) Manzanillo registró en Cartera de Programas y Proyectos de Inversión, de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), dos proyectos que contemplan inversiones por casi 1.200 millones de pesos (mdp) con los que pretende dragar el puerto en San Pedrito y la Laguna de Cuyutlán, así como dar mantenimiento a las escolleras de este último.
De acuerdo con los registros, el mantenimiento de las escolleras este y oeste en el canal de acceso al puerto Laguna de Cuyutlán es un proyecto bianual que tiene un costo total de 929.912.200 pesos; de los cuales, este 2020 se contemplan 480.000.000 pesos. Cabe resaltar que las escolleras fueron construidas apenas en 2009, aunque diversos fenómenos meteorológicos y corrientes marinas las han perjudicado.
El objetivo, de acuerdo con la API, es mantener condiciones adecuadas de protección a la navegación en el canal de acceso, por lo que se dará mantenimiento a los 1.390 metros de ambas escolleras, dado su continuo deterioro, que deriva en que el canal de navegación tienda cada vez más a presentar azolvamiento.
En ese sentido, se presenta el riesgo de que se suspenda, temporal o permanentemente, la entrada de barcos metaneros al puerto, impidiendo el suministro de Gas Natural Licuado a la Terminal Eléctrica de la CFE, que lo utiliza a su vez para generar la electricidad demandada por empresas del centro-occidente del país.
Por otra parte, la API también registró en Cartera el proyecto de dragado de mantenimiento en el puerto interior de San Pedrito y Laguna de Cuyutlán, API Manzanillo 2020, que consiste en el dragado de 100.024,5 metros cúbicos en San Pedrito y de 303.362,50 m3 en la Laguna de Cuyutlán.
Dicho registro contempla la inversión de 200 millones a través de los cuales se pretende conseguir la profundidad que las embarcaciones con mayor calado requieren y así incrementar el flujo y actividad de las mismas generando mayor productividad en el puerto.
Las consecuencias de no ejecutar estas operaciones de dragado varían, según la API, desde la acumulación en los fondos marinos de sedimentos originados por la erosión pluvial, hasta el aumento de sedimentos de otros afluentes, pudiendo conducir, en ambos casos, a ocasionar obstrucciones para la navegación segura de las embarcaciones, debido a la reducción del calado ofrecido.
Además, la existencia de distribuciones irregulares de los sedimentos en las áreas navegables incrementa el riesgo la maniobrabilidad de los buques, debido a que se pueden presentar encallamientos o daños a las embarcaciones.
De suceder lo anterior, se tendría que reducir el calado oficial y de esta forma se dejaría de atender a barcos de calados mayores lo que repercutiría en la operatividad y eficiencia del puerto, al reducir los sitios para atraque con la profundidad requerida, de igual forma, de no realizarse el programa, los buques tendrían que ser de menor envergadura para poder navegar causando demoras en los servicios programados, incrementando los costos de operación-eficiencia, y en casos extremos, la preferencia de evitar el ingreso al puerto de Manzanillo por tal situación.
Con base en lo expuesto por la API, actualmente se ha tenido que reducir el calado oficial a 15 metros; sin embargo, se tenía previsto que el calado se reduciría a 14 metros de profundidad, derivado de la acumulación de 403.387 m3 (considerando ambos puertos) de sedimentos en un área aproximada de 1.220.720,41 metros cuadrados (m2) en el puerto.
Lo anterior es importante porque la reducción a 14 metros hubiera impedido que 242 buques (2019) ingresaran al puerto. Los calados que mayor dinamismo presentan son precisamente los superiores a 14 metros, esto significa que no llevar a cabo el programa podría impactar en el crecimiento de los buques de mayor tamaño, mermando la eficiencia y el interés en el puerto.