Miguel Álvarez: Factores críticos para los puertos chilenos y del mundo

Por Miguel Álvarez

VP Industry para LatAm de Blue Yonder


El problema de la congestión se está volviendo mucho más pronunciado; por lo tanto, la necesidad de saber qué bahía y grúa están disponibles es clave.

Los puertos en las cadenas de suministro mundiales, hoy más que nunca en época de pandemia, se han tornado relevantes. La eficiencia portuaria marca diferencias, pero las ineficiencias también se hacen notar con rapidez, afectando para bien o para mal la macroeconomía de un país.

Bajo este escenario, contar con torres de control que centralicen y provean visibilidad sobre el flujo de mercancías se torna relevante. Es muy importante que los puertos tengan visibilidad de lo que les llega e identifiquen dónde están sus cuellos de botella. Resolver esto se traduce en una mejora en el PIB de un país. Los puertos son el corazón y los pulmones del país. Si los puertos no funcionan, el cuerpo se resiente.

Un estudio de PWC concluyó que una mejora de la eficiencia del 25% en los puertos, mejora alrededor del 2% en el PIB de un país, y en esto, aunque el disponer de una torre de control no sea un concepto nuevo (tiene más de 20 años), la tecnología ha evolucionado de tal manera que hoy asoma como factible y relevante para el acceso a los datos a través de múltiples arquitecturas, en tiempo casi real o 100% real.

Los puertos están bajo presión para una mayor eficiencia y productividad y siempre hay mucho por hacer internamente como dragar el puerto, ampliar su tamaño, aumentar la cantidad de equipos de manejo de materiales y grúas, y la lista sigue, y todas altamente intensivas en capital.

Con los buques portacontenedores ultra grandes que ahora visitan puertos, los problemas están creciendo.

El problema de la congestión se está volviendo mucho más pronunciado; por lo tanto, la necesidad de saber qué sitio de atraque y grúa están disponibles es clave.

Hay operadores logísticos 3PL (“Third Party Logistics”) de transporte terrestre parados en la entrada del puerto esperando que los contenedores sean liberados; y si permanecen detenidos, no es bueno en un entorno donde constantemente escuchamos sobre escasez de conductores y camiones. Entonces, se pueden hacer varias cosas para aumentar la capacidad, pero sin una buena visibilidad, los camiones permanecen inactivos, se desperdicia combustible y los recursos se inmovilizan innecesariamente.

He ahí la relevancia de la torre de control, en donde la visibilidad es crítica para una mejor performance. Esta ayuda a todas las partes: puertos, transportistas marítimos, carga terrestre y proveedores de carga aérea. La visibilidad respecto a dónde hay una desviación en la llegada prevista es realmente importante.

Y mitigar esa desviación es esencial, siendo clave AI/ML en términos de capacidades predictivas mejoradas, por identificar patrones.

Por otro lado, si un barco sabe que el puerto no tiene la capacidad de recibirlo, puede moverse a una velocidad más lenta, quemar menos combustible y reducir su huella de carbono, con un impacto positivo inmediato. Con visibilidad, los efectos positivos se traspasan a toda la cadena de suministro, y un barco que está a la gira del puerto durante días sin poder ser recibido, los camiones no tendrían que llegar y esperar, y los transportistas pueden llevar otras cargas que generan ingresos.

 Esto que parece una orquestación, se transforma finalmente en una optimización. Hay muchos eventos imprevistos que los profesionales de la cadena de suministro deben estar preparados para mitigar, y en donde la colaboración es crítica. Esa es la visión: la conectividad de la torre de control global. A nivel mundial, las autoridades portuarias deberían aspirar a tener una red de autoridades portuarias que colaboren y orquesten; el puerto de origen y el puerto de destino dependen unos de otros.


 

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