Por Jacqueline Rojas
Gerente General de la Costa Oeste Sudamérica de SeaLand.
Mientras las economías internacionales están expectantes a las consecuencias que puedan tener las políticas restrictivas entre Estados unidos y China, nuestro país aún vive un momento particularmente positivo, habiendo registrado una importante alza en las exportaciones de casi 22% en el primer semestre de este año, alineado con lo que ha ocurrido en la región: el valor de las exportaciones de América Latina y el Caribe aumentó en 10,6%, evidenciando una tendencia alcista del intercambio de productos que no se veía desde hace siete años.
Ahora bien, mientras estamos atentos al impacto que pueda tener la “guerra comercial” entre las dos potencias, lo importante es ver cómo logramos que nuestra región pueda sostener la tasa de crecimiento iniciado recién a fines del año pasado después de varios años de bajo crecimiento.
Un camino, como ya lo ha expresado claramente la CEPAL en una publicación reciente, es la unión entre dos importantes bloques económicos regionales: “La convergencia entre la Alianza del Pacífico y el Mercado Común del Sur (MERCOSUR) es necesaria y urgente ya que, junto con África, América Latina y el Caribe presenta los menores índices de comercio intrarregional del mundo”.
En adición a esta nueva alianza impulsada por el deseo de convergencia para promover el desarrollo económico y social de América Latina, la que representa un movimiento contrario a la corriente proteccionista en Norteamérica, vemos otras formas de abrir espacios de interconexión e intercambio comercial entre los países de la región.
Una es el mejoramiento de la infraestructura conectada a los puertos de América Latina; si bien se han realizado importantes avances, aún es necesario un nivel de inversión altísimo, por lo que alianzas público-privadas representan un mecanismo para el desarrollo logístico integral, es decir, de la cadena logística completa: terminales portuarios, logística terrestre, procesos documentales, y aduaneros.
En este punto, la simplificación de los procesos mediante la digitalización y la tecnología representa otra vía de apoyo al desarrollo comercial de América Latina. El alto costo y la burocracia que deben seguir productores, exportadores y mercados finales en todas las etapas del intercambio, también son un obstáculo, puesto que pueden llegar a representar hasta un quinto de los costos reales del transporte. Según datos del Foro Económico Mundial, la baja en las barreras de la cadena de suministro podría lograr un aumento de 15% en el comercio.
Como parte del engranaje que hace posible el comercio intra Américas y garante del intercambio efectivo de los productos, en SeaLand estamos comprometidos en proporcionar espacios que abracen la idea de lograr la mayor unión posible de los países de la región. Creemos que iniciativas como ConnectAmericas, una plataforma de negocios virtual creada por el BID, así como las mejoras en la tecnología utilizada en flexibilizar la logística que rodea al comercio internacional, van en la dirección correcta para hacer de la región un solo bloque comercial.