Por Luis Alonso
@PortalPortuario
El prefecto inspector de la Policía de Investigaciones (PDI), Paulo Contreras, expuso ante la Comisión Investigadora de Seguridad en los Puertos de la Cámara de Diputados y descartó que Chile y su infraestructura portuarias se hayan convertido en un corredor marítimo del tráfico de droga internacional.
En ese contexto, Contreras indicó que la contaminación de contenedores mediante el método denominado “Gancho Ciego” sería la razón del hallazgo de sustancias ilícitas en recipientes de carga ligados a buques con origen o paso por Chile.
Lo anterior sería un modus operandi utilizado por organizaciones delictuales, lo que tendría lugar en recintos portuarios extranjeros. Así, los criminales aprovecharían la imagen chilena para prevenir aforos físicos en los puntos de destino al evitar tácticas de perfilamiento de riesgo.
El alto funcionario de la Policía Civil sostuvo ante la comisión que “existió hace un tiempo atrás unas publicaciones -de las cuales nos tenemos que hacer cargo como parte del sistema- de las Naciones Unidas y de la jefa de la Comisión Interamericana para la Fiscalización de Estupefacientes donde se señalaba que nosotros como país nos habíamos transformado prácticamente en una especie de corredor del narcotráfico internacional, como también que había una significativa participación desafortunada en estos delitos por parte del Puerto de San Antonio”.
“A partir de las investigaciones que nosotros hemos desarrollado y del conocimiento que se ha adquirido por medio de las mismas, siendo responsables en solo hablar de las premisas que nosotros construimos a partir del indicio que levantamos de estas investigaciones, ello es bastante diferente a lo comunicado. Las veces que ha caído droga en puertos extranjeros transportada por buques que hayan salido de puertos chilenos, no necesariamente arroja que esta carga fue introducida ilícitamente en contenedores que hayan salido de puertos de Chile”, complementó.
Al respecto, Contreras enfatizó que existen a lo menos dos puntos de escala antes de arribar a destino final en las rutas marítimas que los navíos realizan cuando hacen abandono de Chile, siendo estas principalmente ejecutadas en el Puerto del Callao, Perú, y en el Puerto de Buenaventura, Colombia; este último reconocido como uno de los puntos más activos en materia de narcotráfico internacional.
“Es en esos lugares en que los buques nuestros, que llevan carga a Europa, son potencialmente objeto de contaminación en la modalidad que se denomina el Gancho Ciego. La mayoría de las veces estamos hablando de estos casos. Entonces, cuando el buque recala en puertos como Rotterdam o Barcelona, por ejemplo, eventualmente vienen de puertos chilenos, vienen de puertos aún considerados como seguros y esto favorece en que el buque no se quede mucho rato a la gira y que tenga prioridad para proceder al desembarque”, comentó el funcionario de la PDI.
“Entonces, esa capacidad que tienen nuestros buques de tener una buena representación, de venir de un país que todavía es considerado con sistemas de seguridad adecuados, es también motivo de interés por parte de grupos criminales que se aprovechan de esta cualidad para poder tratar de evadir o, a lo menos, tener posibilidades de éxito en evitar aforos físicos a los cuales sí son sometidos muchas veces cargas que vienen de otros países considerados como complejos en materia de narcotráfico”, argumentó.
El prefecto inspector detalló que los criminales suelen acceder a los contenedores para su contaminación en dos escenarios, el primero cuando el recipiente es bajado del buque para cargar productos de exportación del país visitado o cuando la nave está en alta mar, en donde embarcaciones menores se aproximan a los portacontenedores para romper sellos e ingresar drogas en los elementos transportados.
Casos con origen en Chile
Pese a lo tratado, el funcionario de la PDI indicó que, desde el año 2017 al 2023, la fuerza del orden y seguridad trató cuatro casos en donde organizaciones criminales extranjeras accedieron al territorio chileno con la intención de ingresar cantidades de drogas puntualizadas como “significativas” en contenedores para ser exportados a través de puertos chilenos.
Así fue que se evitó que en el 2017 -en el marco de la Operación Okesi– 183 kilos de clorhidrato de cocaína fueran sacadas del país mediante el Puerto de Antofagasta. En tanto, en 2020 y 2021 se impidió la salida de dos cargamentos con la misma sustancia ilícita desde el Puerto de Valparaíso.
Finalmente, en 2023, bajo el Programa Mundial de Control de Contenedores se orquestó el trabajo conjunto de las Aduanas de Chile y Bolivia, lo que permitió realizar el perfilamiento de riesgo de un cargamento y evitar el envío de 2 toneladas 157 kilos de cocaína base desde el Puerto de Arica.