Por Redacción PortalPortuario.cl
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El barco MV Afros, uno de los más sustentables del orbe, llegó al Puerto de Paranaguá, en donde descarga fertilizantes en el muelle 209. La nave funciona con velas giratorias que reducen el consumo de combustible y permiten una mayor velocidad en la navegación.
Con bandera de las Islas Marshall, el barco atracó procedente del Puerto de Klaipeda, en Lituania, con 48 mil toneladas de cloruro de potasio. Después se dirigirá a Argentina y se espera que regrese a Paraná este mes.
Según el capitán Sitaras Konstantinos, este fue el primer granelero del mundo en utilizar un sistema de propulsión asistida por viento. El buque también cuenta con innovadores sistemas que previenen derrames a granel, derrames de petróleo y accidentes laborales. Explica que las cucharas, grandes conchas en forma de garra que ayudan a cargar y descargar las bodegas, tienen un ligero desnivel en el cierre, lo que no permite que se escurra el granel.
Para evitar accidentes durante el repostaje, los ventiladores de los depósitos se sitúan por encima del nivel habitual. “Otros diferenciales son las pruebas frecuentes de los frenos de los cabrestantes que tiran de los cables de amarre y una pasarela para que los trabajadores no corran riesgos al monitorear la carga final de la bodega”, dice Konstantinos.
Equipos de Portos do Paraná visitaron el interior de la nave para conocer las tecnologías aplicadas. “El Puerto de Paranaguá es signatario del Pacto Mundial de la ONU y está estudiando estrategias para atraer buques que estén alineados con esas intenciones, entre ellas, ayudar a reducir la emisión de gases de efecto invernadero”, destaca João Paulo Ribeiro Santana, director de Medio Ambiente de la empresa pública.
El ‘rotor Flettner’ funciona de manera similar a las alas de un avión, a través de la sustentación creada por la aerodinámica. Cuando el barco se probó por primera vez en 2018, el ahorro de combustible alcanzó el 12,5 % en el primer mes. Utilizando 73 toneladas de combustible menos, la nave redujo la emisión de 235 toneladas de dióxido de carbono. El sistema fue desarrollado en el Reino Unido. Hay cuatro grandes rotores verticales, cada uno sobre una estructura de carro, lo que permite reposicionar las velas del rotor a lo largo de la cubierta para facilitar las operaciones del barco.
Para garantizar la eficiencia energética y la ganancia de velocidad, incluso las esquinas de las torres de control tienen aerodinámica diferenciada. “No tienen aristas, son redondeadas, cada detalle tiene un propósito”, revela Santana.
En Paranaguá, la operación del buque la tiene la agencia marítima de Rochamar. “Es un sistema muy diferente, que despierta interés y muestra que hay tecnologías que mejoran el desempeño operativo y son más sustentables”, destaca Cristiano Dias do Nascimento, coordinador de la empresa.
Los rotores funcionan según los principios del efecto Magnus, cuando el viento pasa alrededor del rotor giratorio, el flujo de aire se acelera en un lado y se desacelera en el lado opuesto. La diferencia en el flujo de aire crea una fuerza de flotación que impulsa la embarcación. Todavía se necesita una fuente de energía para girar las bujías, pero el empuje producido reduce significativamente el requerimiento de energía del motor sin perder la velocidad de operación, ahorrando combustible y reduciendo así las emisiones de gases.