Por Rodrigo Monsalve, gerente general Portuaria TSV

Talcahuano es una ciudad puerto desde el descubrimiento de su bahía, así consta en las crónicas de los conquistadores españoles. Luego del traslado de la ciudad al Valle de la Mocha, en 1764, el gobernador Antonio Guill y Gonzaga, nombra a Talcahuano Puerto de Registro de la Gobernación de Chile.

Así la historia liga el desarrollo de la ciudad, en el ámbito económico y social a la actividad portuaria. Hoy esta realidad se mantiene, combinado con la existencia de otras actividades que abren oportunidades a sus habitantes. Pero la vocación portuaria de Talcahuano es innegable: la existencia en su territorio de dos bahías san Vicente y Concepción hace imposible no pensar en Talcahuano como ciudad puerto.

Somos ciudad y somos puerto. Eso es innegable, por lo mismo debemos tener un diálogo permanente entre la actividad logística portuaria y la ciudad. Así lo hemos comprendido en Portuaria TSV, declarándolo en nuestro Plan Estratégico y en nuestra Política de Sostenibilidad, donde se sustentan iniciativas como el Consejo Ciudad Puerto y la Comunidad Logística Portuaria de Talcahuano.

Los cambios en la industria marítima, especialmente el aumento de tamaño de las naves y el requerimiento de mayores zonas de respaldo y los incrementos de velocidad de transferencia, han ocasionado modificaciones en el uso del suelo, causando la obsolescencia de algunos terrenos. Realidad que afecta a puertos en Chile y también en otras latitudes.

El año pasado conocimos la respuesta que se dio a esta situación en Hamburgo, con el proyecto Hafen City, donde se busca recuperar para uso mixto (residencial, comercial y de servicios) un área cercana al puerto que desde hacía tiempo se encontraba en desuso, pero conservando su fisonomía portuaria.

En nuestro país, los terremotos recurrentes y otros fenómenos, tienden a borrar el pasado de la arquitectura, dejando los terrenos desnudos. Esto, lejos de ser una dificultad debe ser entendido como una oportunidad para crear.

Desde hace algunos años existe la preocupación por el destino de algunos paños situados en el centro cívico de la ciudad de Talcahuano, especialmente los situados en el borde costero. Así han surgido numerosas iniciativas públicas y privadas que ofrecen propuestas arquitectónicas y urbanísticas para ellos, como el proyecto Ventana al Mar, el proyecto del sector La Poza y otros.

En nuestro compromiso con la ciudad, quienes la habitan y trabajan en ella, estamos, junto con la Municipalidad de Talcahuano, recogiendo ideas y discutiendo las opciones que permitan un desarrollo urbanístico.

Es un primer paso, de muchos que queremos dar en nuestro trabajo por hacer de Talcahuano un mejor lugar para todos, donde convivan la actividad logística portuaria sostenible, que incorpore el turismo, la atracción de cruceros y que todos disfrutemos el desarrollo de esta nuestra ciudad puerto.

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