Por Redacción PortalPortuario
La International Coalition Against Illicit Economies (ICAIE) sostuvo que el puerto construido por la estatal china Cosco Shipping en Chancay, Perú, tiene el potencial se convertirse en un “hub” para el comercio ilícito.
La coalición internacional cuestiona una serie de medidas y falencias en materia de seguridad, lo que podría llevar a que organizaciones criminales se asienten en la zona y aprovechen las actividades del recinto portuario de manera directa e indirecta, siendo una de estas el Tren de Aragua.
En este sentido, en el informe preliminar publicado por la entidad, la cual es conformada por ex altos funcionarios del gobierno de Estados Unidos, se indicó que el megapuerto de Chancay “es la adquisición portuaria estratégica más importante de la República Popular China (RPC) en América Latina y es la joya de la corona de su Belt and Road Initiative (BRI). Esto es parte de un esfuerzo concertado por parte de la RPC no sólo para ampliar su dominio del comercio global, pero es probable que se convierta en un hub preferido de comercio ilícito”.
“Chancay se construyó con la promesa de descongestionar el principal Puerto del Callao en Perú, durante mucho tiempo un centro de ineficiencia y corrupción, y ofrecer una alternativa rentable a las exportaciones e importaciones asiáticas a la región sin tener que mover productos a través del Canal de Panamá o navegar por el Estrecho de Magallanes. Esto requiere crear un entorno seguro para el puerto y separarlo de la población local que podría representar una amenaza”, complementó.
Bajo este contexto, el documento elaborado por los asesores del ICAIE para América Latina, Douglas Farah y Pablo Zaballos, ligado también a IBI Consultants LLC, sostiene que “en una reciente visita del IBI al puerto, el nivel de vigilancia de los chinos en la ciudad circundante es visible y está diseñado para intimidar y tiene a la población local en vilo. Las medidas de seguridad no sólo implican vigilancia física sino también la capacidad de bloquear y derribar drones que algunos residentes locales han intentado volar cerca del espacio aéreo de la instalación portuaria”.
“Hay otros factores que harán de Chancay un desafío tanto estratégico como práctico para Estados Unidos y gran parte de la región. La cuestión principal serán las economías ilícitas y los flujos de mercado. Dado el control casi absoluto que Cosco tendrá sobre el puerto y el tráfico que entra y sale de la instalación, es poco probable que haya una verificación externa de lo que Cosco informa”, agregó.
En este sentido, la entidad alertó que “el puñado de ciudadanos peruanos que trabajan en la administración y seguridad portuaria de Cosco son casi todos ex oficiales superiores de la Marina que, según una fuente con conocimiento directo de las operaciones, ‘están más preocupados por sus beneficios personales en sus puestos actuales en Cosco, donde tienen más poder del que jamás tuvieron en la Armada’. Es probable que la República Popular China proporcione la seguridad operativa del puerto, no las empresas peruanas”.
“Esta falta de supervisión podría ofrecer acceso irrestricto para enviar las capturas masivas e ilícitas de pesca directamente desde la enorme flota china que flota en aguas internacionales al puerto para ser enviadas de regreso a China sin ser detectadas a través del puerto. Muchos otros productos, desde cigarrillos de contrabando hasta productos farmacéuticos falsos y precursores de drogas sintéticas, podrían pasar por el puerto. Dado que más del 80% de los precursores químicos utilizados en América del Sur para fabricar el floreciente comercio de drogas sintéticas se originan en tres provincias chinas y son exportados sin obstáculos por el gobierno, es muy probable que muchos de esos productos puedan ingresar a la región a través de Chancay bajo el protección del Estado chino”, expandió.
Ante este escenario, la coalición internacional remarcó que “también existe un alto nivel de preocupación sobre el hecho de que el municipio de Chancay se convierta en un hub para economías ilícitas en la región, algo expresado repetidamente durante nuestro trabajo de campo. Según entrevistas con expertos encargados de hacer cumplir la ley y residentes locales, Chancay ya se ha convertido en presa de múltiples tipos de actividad criminal local, desde el robo y la venta de tierras para uso portuario hasta un fuerte aumento de la violencia y los homicidios”.
Lo anterior se vería potenciado debido a que “pocos de los beneficios prometidos por el puerto a la población local se han materializado, en parte porque Cosco ha limitado drásticamente el número de trabajadores que podrán contratarse, y el poco personal calificado será traído en gran medida desde China”, acotó la ICAIE. “Muchos en la ciudad esperan que los chinos compren la mayoría de las propiedades de la ciudad y que el tradicional pueblo pesquero desaparezca en gran medida bajo el peso de la expansión de Cosco con el tiempo”, sumó.
“También había esperanzas de que el puerto generara una ola de empleos para construir hoteles, restaurantes y tiendas utilizadas por los chinos que se esperaba que llegaran en masa. Esto no ha sucedido y no se ha puesto en servicio ningún hotel”, acotó la entidad.
Bandas criminales
Ante este clima de incertidumbre descrito por la ICAIE, junto con la denuncia de la falta de presencia policial en Chancay, en el informe se sostiene que “es probable que los grupos criminales ya se estén posicionando para los cambios económicos venideros con una amplia reserva de reclutas potenciales, dadas las expectativas incumplidas de la población local”, añadiendo que “entre los grupos con mayor probabilidad de surgir se encuentran grupos locales semiautónomos que operan bajo la bandera de la estructura Tren de Aragua”.
“Como hemos documentado en Ecuador y Chile, el Tren de Aragua, nacido en Venezuela, tiene una capacidad demostrada para cercar puertos, controlar actividades ilícitas desde la prostitución hasta los casinos y la venta callejera de drogas. Los grupos locales semiautónomos a menudo operan bajo la bandera de la estructura Tren de Aragua, que concede el uso de su nombre a cambio de una parte de las ganancias de las economías ilícitas que generan los grupos locales”, profundizó.
De esta manera, la ICAIE postuló que “es probable que esto crezca en Chancay y sus alrededores, donde las estructuras de aplicación de la ley son débiles, el Estado está en gran medida ausente y los beneficios económicos del puerto no se comparten con la comunidad. Como se señaló, es aún más preocupante el hecho de que los grupos criminales vinculados a la PCR, incluidas las principales estructuras de la tríada, sean particularmente activos en y alrededor de proyectos que forman parte de la BRI, a menudo como parte de sistemas de seguridad portuaria”.
“Dado que Chancay es el principal proyecto BRI, es muy probable que las tríadas de la RPC y otros grupos estén activos en el puerto y sus alrededores y en las múltiples oportunidades que brindará. Además de las drogas sintéticas, otras economías ilícitas incluyen cigarrillos ilegales, productos farmacéuticos falsos, productos electrónicos, armas y otros productos”, agregó.
A pesar de lo mencionado, la Coalición destacó que “Cosco y la RPC son extremadamente sensibles a las acusaciones de vínculos con el crimen organizado y mantendrán el puerto libre de actores criminales no chinos, como el Cartel de Sinaloa, el Cartel Jalisco Nueva Generación o el Tren de Aragua. Estos grupos serían demasiado propensos a la violencia, demasiado visibles y demasiado difíciles de controlar”.
“Sin embargo, la historia ha demostrado que los líderes portuarios probablemente estarían dispuestos a facilitar múltiples actividades criminales o de áreas grises patrocinadas por el Estado que son menos visibles, y tal vez incluso utilizar grupos del crimen organizado chino para asegurarse de que las operaciones criminales locales no penetren en el puerto. Esto permitiría flujos ilícitos que serían casi imposibles de detectar, incluidos precursores químicos, cigarrillos o la exportación de pescado capturado ilegalmente”, dictaminó.
Ante todo este escenario, junto con los factores económicos propios de la competencia entre los puertos a lo largo de la costa del Océano Pacífico, la ICAIE identifico a los recintos portuarios chilenos como los que se podrían ver más perjudicados con el inicio de actividades del Puerto de Chancay, principalmente en lo relativo a seguridad.