Thomas Poussard, periodista francés avecindado en Valparaíso, es fundador de Chile Private Tours.
No podemos dejar que Valparaíso salga para atrás con los cruceros. No se puede.
Y es que enterado por PortalPortuario.cl de noticias que -como operador turístico y amante de Valparaíso- no puedo ni podemos quedar indiferentes ni sin reacción, aunque -claro- exista una falta de visión y una voluntad conjunta de la ciudadanía, las empresas e instituciones para valorar la ciudad y el enorme potencial turístico de la zona.
Primero, los portuarios de Valparaíso mantienen su postura de no atender cruceros. Esta bien que quieran luchar por su derechos, por mejores sueldos, por mejores condiciones de trabajo. Sin embargo, me pregunto si realmente miden todo lo que su posición conlleva. No atender a los cruceros no afecta solamente al puerto de Valparaiso. También afecta -como muchos han dicho- a restaurantes, hoteles, tiendas, empresas de turismo y empleados del rubro.
Pero, por sobre todo, estas acciones vehiculan una mala imagen de Chile, poniendo en riesgo, además, al destino debido a la posible la cancelación de varios cruceros ¡Y esto tiene un efecto negativo a escala de todo el país!
He visto que, ante esta crisis, el Puerto de San Antonio se vio beneficiado y, claro, puede aprovecharse de la situación y recibir los cruceros en Valparaíso ¡Bien por San Antonio!
Pero, siempre hay un pero, porque en dicha ciudad no existe la infraestructura de hoteles, transportes y empresas de turismo para atender a los turistas. Tampoco tiene el interés histórico y arquitectónico de Valparaíso. Por ende, la capital regional tiene que seguir siendo el puerto de llegada. No es posible que una ciudad Unesco que cuenta con toda la infraestructura salga para atrás. Así que espero que las autoridades locales escuchen a los portuarios y que se llegara a un consenso.
Por otra parte, veo que la isla de Cozumel, en México, se va a convertir en la ciudad que mas cruceros recibe en el mundo, con 1,111 recaladas este año. Esto me impactó, porque visité Cozumel en 2015, y no hay nada interesante allí: ningún pueblo bonito, ninguna playa, apenas unas ruinas Maya de menor importancia y un pueblo artesanal con muchas cosas Made in China. Hay restaurantes y actividades como nadar con delfínes o salida en buggy, pero eso sería todo.
Entonces, uno se puede preguntar, ¿cómo un lugar tan poco interesante logró atraer a tantos cruceros? Ahí está la respuesta: “El Estado de Quintana Roo ha efectuado una serie de políticas de incentivo a la industria y que, gracias a la calidad del producto, Cozumel se ha convertido en la terminal marítima con mayor movimiento en el mundo”.
Mientras tanto ¿qué pasa con Valparaíso, ciudad Patrimonio de la Unesco, cercana a viñedos, a playas, a los Andes, a Santiago, entre otros atractivos? La ciudad porteña tiene muchas cosas que arreglar, empezando con el problema con los empleados del puerto y el tamaño diminuto del terminal de cruceros. Pero como destino, es cien veces mejor que Cozumel.
Ahora bien, creo que el problema principal, es otro y es que la gran mayoría de las empresas turísticas que recogen los turistas en el VTP son de Santiago y, lamentablemente, esas agencias de Santiago ven a Valparaíso como una ciudad sucia, hedionda y peligrosa. No entienden el encanto único de la ciudad, por ende no lo valoran. Yo percibo la misma actitud de parte de organismos institucionales que prefieren comunicar sobre el desierto, la Patagonia o los viñedos, pero muy pocas veces sobre Valparaíso.
Yo como local (aunque adoptivo) me empeño en valorar a Valparaíso y mostrar la ciudad que amo. Pero hay que dejar de hacerle mala publicidad a la Joya del Pacífico y esto empieza por los chilenos mismos.
Me di cuenta que muchos porteños no entienden porque a los turistas les gustan los cerros y hay muchos otros que no quieren turistas en la ciudad… Desde el punto de vista de un europeo o de un norteamericano, Valparaíso es mucho más interesante que Viña del Mar o Santiago por su arquitectura única, sus bellezas, su historia… Eso es lo que hay que valorar y no enfocarse en la suciedad o la inseguridad.
En Cozumel vieron una oportunidad y hubo una unidad de la comunidad para crear la infraestructura, una voluntad del Estado para financiarla y promoverla. En Valparaíso solo falta eso: un movimiento en conjunto de la ciudadanía, instituciones y empresas para realmente valorar el puerto y su región, y aprovechar plenamente el tremendo potencial que existe acá.
Y no, Valparaíso no va a perder su alma por culpa del turismo, mientras los porteños siguen viviendo ahí como siempre. Ellos son los mejores garantes de la identidad de la ciudad y de su encanto.
