Por Redacción PortalPortuario/Agencia Reuters
Un tribunal alemán evaluará una solicitud para liberar un petrolero incautado que se cree que forma parte de una llamada “flota a la sombra” o fantasma, la que sería utilizada por Rusia para eludir las sanciones occidentales, según dio cuenta el Ministerio de Finanzas de Alemania.
El navío Eventin, con bandera panameña, fue encontrado a la deriva, sin control, frente a la costa alemana del Mar Báltico en enero. Se dirigía de Rusia a Egipto con un cargamento de unas 100.000 toneladas métricas de carburante, con un valor aproximado de 40 millones de euros (45,24 millones de dólares).
Las autoridades alemanas confiscaron el navío, que estaba incluido en un paquete de sanciones de la Unión Europea (UE) contra Rusia por su invasión de Ucrania en 2022, y reprendieron duramente a Moscú por el incidente.
Las autoridades rusas dijeron entonces que no tenían información sobre la nave ni sobre su propietario. Un portavoz del Ministerio de Finanzas de Alemania dijo recientemente que estaba pausando más medidas de cumplimiento a la espera de una decisión judicial con respecto al buque.
“Se han presentado recursos de protección ante el tribunal competente contra el embargo y la confiscación del buque y su carga”, afirmó el portavoz. En tanto, el Ministerio de Finanzas se negó a revelar la identidad del demandante, si la petición había sido presentada por el propietario del barco o su carga, o cuánto tiempo duraría el proceso legal.
El Eventin se encuentra actualmente amarrado frente a la ciudad turística de Sassnitz. Pronto será reubicado en un fondeadero de mercancías peligrosas a unas tres millas náuticas de distancia, pero se considera apto para navegar y no representa una amenaza actual, dijo a Reuters un funcionario con conocimiento del asunto.
Las sanciones de la UE tienen como objetivo presionar a Rusia y limitar su capacidad de financiar la guerra en Ucrania atacando a la “flota en la sombra”, lo que es la forma en que se denomina a los buques utilizados por Rusia para transportar petróleo, armas y cereales en violación de las sanciones.
Los navíos no están regulados ni asegurados por los proveedores occidentales convencionales y, con pocos incentivos para seguir los estándares de envío, plantean riesgos de seguridad y ambientales, dicen los expertos de la industria.