Por Yurik Díaz, exejecutivo portuario por más de 26 años, actual Gerente General de Los Boldos Limitada, empresa dedicada a la importación y comercialización de productos.
Cuando los mercados son competitivos, entre otras variables, compiten vía precios. Esto es especialmente cierto cuando hablamos de productos o servicios “commodities”. La competencia hace que los oferentes no perciban sobre rentas, como parece estar sucediendo en la industria naviera.
Si hay muchos oferentes y demandantes, entonces la probabilidad de que oferentes o demandantes puedan tomar una posición dominante es baja. Lamentablemente la competencia muchas veces es imperfecta, y pareciera que el mercado del transporte naviero es uno de estos ejemplos; un oligopolio (pocos oferentes, muchos demandantes), que por demás siempre lo ha sido. El problema es que las cosas han cambiado mucho los últimos años. Es una industria que se ha concentrado dramáticamente y, por tanto, son cada vez menos los oferentes. Sumado a ello, se les sigue permitiendo tener operaciones conjuntas, que en la práctica implica que esos pocos oferentes, operacionalmente se agrupan en 3 alianzas (2M Alliance, Ocean Alliance, The Alliance).
Por años se ha permitido a las navieras que operen en forma conjunta. Esto significa que operan las naves conjuntamente entre las líneas a través de VSA (Vessel Sharing Ageemets). Así sus cargas las llevan en un mismo buque, lo que les genera altas economías de escala en su principal costo variable, además de una utilización muy eficiente de su principal ítem de costos fijos (los buques); una gran rotación de activo, lo que en suma les permite obtener costos medios muy bajos.
De esta manera se podría concluir que la competencia entre ellas (las líneas que componen una alianza) es baja; usan la misma nave, tienen los mismos tiempos de tránsito, mismos puertos, etc). Y si hablamos entonces de que hay 3 alianzas, que serían las que competirían entre sí, parece fácil concluir que la intensidad de la competencia es muy baja, y que ello explicaría por qué las tarifas han subido 1.000% y más, al igual que los resultados de las navieras en los últimos años. Claro, altas tarifas sumadas a bajos costos medios son el mundo soñado.
La pregunta es porqué los organismos de libre competencia en el mundo siguen permitiendo las operaciones conjuntas cuando lo que en realidad se necesita es tener más oferentes; que cada línea pelee por captar las cargas, sea a través de tarifas, por servicio, tiempos de tránsito u otra.
Esto es esencial, es la forma más rápida de hacer que en la práctica existan más oferentes, especialmente en una industria que tiene altas barreras de entrada, por los requerimientos de capital, como también por la dificultad de lograr en tiempo una amplia cobertura geográfica.
Más oferentes en un negocio donde es fundamental operar con altas utilizaciones de espacios seguramente aumentará la intensidad de la competencia y hará que, en el tiempo, las tarifas retornen a niveles normales, asegurando cierta estabilidad en los precios de los fletes en el tiempo.