El Corredor Ferroviario Bioceánico Central, que busca unir comercialmente los puertos del Atlántico en Brasil y del Pacífico en Perú es inviable desde el aspecto económico, según un estudio realizado por la Unión Internacional de Ferrocarriles (UIC, por sus siglas en francés).
Citando el estudio de UIC, el portal brasileño de noticias Estadão informó que el costo de transportar una tonelada de soja desde Lucas do Rio Verde hasta Shanghái, China, asciende a US$ 120.43 si se despacha desde el puerto de Santos; mientras que el envío a través del puerto de Ilo en Perú costaría US$ 166.92.
Según añade el medio peruano Gestión, el cálculo no toma en cuenta el costo de construcción de la ferrovía bioceánica que podría recorrer unos 3,650 kilómetros, de los cuales más de 1,000 km pasarían a través de los Andes. El gobierno de Dilma Rousseff estima que el proyecto requerirá una inversión de US$ 40,000 millones solo en el lado brasileño.
El análisis hecho por la división de América Latina de UIC solo considera la distancia que debe recorrer el cargamento de soja y calcula el flete ferroviario de mercancías de acuerdo con el precio actual en Brasil, con un tipo de cambio de 3.00 reales por dólar.
Por su grandeza y dudosa sostenibilidad económica, el ferrocarril bioceánico es comparado en el sector privado con el tren de alta velocidad entre Campiñas y Río de Janeiro, un proyecto que fue “la niña de los ojos” de Rousseff durante el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva y que ahora está archivado, mencionó Estadão.
El hecho de que el proyecto ferroviario transnacional haya cobrado importancia debido al interés de China es también motivo de “descrédito”, dadas las diversas promesas incumplidas por parte de inversionistas de ese país, agregó el medio.