El Ministerio de Transportes Británico ha incrementado los acuerdos con líneas de ferry para garantizar el flujo de pasajeros y carga entre las islas y el continente ante un eventual Brexit sin acuerdo.
Según difundió euronews, existe un temor en que el “divorcio” entre el Reino Unido y la Unión Europea termine sin puntos en común.
A raíz de esto, el Ejecutivo británico ha desembolsado 120 millones de euros en acuerdos con otras empresas marítimas europeas procedentes de Francia y Dinamarca.
El objetivo es que, en caso de no alcanzar un pacto, las rutas habituales de importación cuenten con puertos alternativos y no sufran ningún retraso o colapso.
Se lograría -así- que mercancías básicas como alimentos o medicinas lleguen sin demora a su destino. Asimismo, las autoridades británicas temen que se generen atascos de camiones cercanos a los puertos.
Estas rutas adicionales representan alrededor del 10% del tráfico actual del Puerto de Dover, uno de los más concurridos de Europa.