Por Redacción PortalPortuario/Agencia Reuters
Chile se encontraría liderando el impulso hacia el hidrógeno limpio en Latinoamérica, ya que el país representa alrededor de la mitad del potencial de producción del combustible de bajas emisiones en la región, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
A lo tratado se le sumaría la oportunidad de exportar el producto y sus derivados, los que forman parte de un modelo energético que se busca implementar en la industria marítima y otros sectores de la economía.
Los recursos energéticos renovables de Chile podrían suministrar 70 veces la capacidad actual de generación de electricidad del país y producir hasta 160 millones de toneladas (Mt) por año de hidrógeno limpio para 2050, de acuerdo a lo indicado en la Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde que fue totalmente adoptada por el gobierno del presidente Gabriel Boric después de ser elegido en 2022.
El plan nacional eleva la capacidad de los electrolizadores, ya sea operativos o en desarrollo, a 5 GW para 2025 y 25 GW para 2030, y establece un precio para el hidrógeno limpio de solo 0,8-1,1 dólares por kilo para finales de esta década.
Lo mencionado está respaldado por un importante apoyo financiero que promueve la inversión en hidrógeno limpio, incluido un fondo de 225 millones de euros (245 millones de dólares) del Banco Europeo de Inversiones (BEI) y el Banco de Desarrollo KfW, un préstamo de 150 millones de dólares del Banco Mundial y un préstamo de 400 millones de dólares del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
“El Gobierno de Chile quería enviar un mensaje de que entendía que tenía algo único en sus manos y es esta capacidad de crear enormes cantidades de energía en vastas tierras relativamente deshabitadas para la producción de hidrógeno limpio y para la exportación”, comentó Christiaan Gischler Blanco, Especialista Líder en Energía del BID.
“Al producir este nuevo combustible, que no sólo se puede producir en el norte y el sur de Chile se pueden utilizar electrones para dividir la molécula de agua en hidrógeno y oxígeno, y luego el hidrógeno producido se puede exportar en forma de amoníaco y metanol limpios. Ese es el cambio radical”, complementó.
La Corporación de Fomento de la Producción (Corfo) ha inyectado 50 millones de dólares de fondos públicos en seis proyectos de hidrógeno para alcanzar un electrolizador acumulativo capacidad de 396 MW para 2025.
Estos serán ejecutados por Enel Green Power, Air Liquide, Engie, GNL Quintero, CAP y Linde, y se espera que atraigan inversiones de 1.000 millones de dólares para producir más de 45.000 toneladas al año de hidrógeno limpio, según la Green Hydrogen Organisation (GH2).
Diferentes caminos
América Latina genera alrededor del 60% de su electricidad a partir de fuentes renovables, el doble del promedio mundial, principalmente debido a la energía hidroeléctrica que representa el 40% de la generación eléctrica.
En el corto y mediano plazo, los países de América Latina serán exportadores netos de hidrógeno limpio, descarbonizadores locales o actores focalizados, o una combinación de estos, según el informe del Foro Económico Mundial y Accenture llamado: “Acelerando la economía del hidrógeno limpio en América Latina”.
La región podría satisfacer entre el 25% y el 33% de la demanda mundial para 2030, seguida de Australia (entre el 22% y el 31%) y África (entre el 9% y el 13%), afirmó Jörgen Sandström, director de Transformación de Ecosistemas Industriales del Centro de Energía y Materiales del Foro Económico Mundial.
“Mientras que la primera vía consiste en desarrollar sus capacidades para satisfacer principalmente la demanda de Europa, las otras dos vías dependen de la demanda local para escalar y crecer, sentando las bases para luego convertirse en exportadores a largo plazo”, comentó Sandström.
“Por lo tanto, la expectativa es que aquellos que sigan al descarbonizador local y al actor enfocado desarrollen la industria impulsados principalmente por la demanda interna”, agregó.
La demanda de hidrógeno en la región alcanzó los 4 Mt en 2023, según la Global Hydrogen Review 2024 de la AIE, principalmente para la refinación de petróleo y la fabricación de productos químicos, mientras que casi la totalidad (90%) se produce utilizando gas natural importado.
Mientras tanto, el 80% de la demanda de fertilizantes nitrogenados se satisface mediante importaciones, señaló la AIE. Las oportunidades dentro del mercado del hidrógeno limpio difieren según el país.
México y Colombia pueden aprovechar la gran demanda existente de hidrógeno de las refinerías de petróleo y el mineral de hierro de Brasil. La industria (que representa el 90% del comercio de mineral de hierro de América Latina y el Caribe) podría desarrollar hierro de reducción directa (DRI) alimentado con hidrógeno, mientras que Chile podría utilizar hidrógeno para descarbonizar su sector minero y exportarlo a otros lugares.
En lo que respecta al transporte marítimo de Panamá, la industria podría convertirse en un centro para combustibles de baja emisión para el transporte marítimo y ya tiene como objetivo que el 5% del abastecimiento de combustible sea a partir de derivados del hidrógeno para 2030, de acuerdo a lo indicado por la AIE.
Según los proyectos anunciados, América Latina y el Caribe (ALC) podrían producir 7 millones de toneladas de hidrógeno de bajas emisiones para 2030, pero, según la AIE, solo alrededor del 0,1% de esos proyectos están en operación, en construcción o alcanzaron una decisión final de inversión (FID).
“Se requieren acciones en el corto plazo para liberar el potencial de ALC, equilibrando la demanda interna con las ambiciones exportadoras”, indicó la AIE en su informe.
Obstáculos del hidrógeno
América Latina enfrenta desafíos similares a los observados en otros lugares para construir su economía de hidrógeno limpio, incluidos baja inversión y demanda, además de posibles distorsiones de la masiva Ley de Reducción de la Inflación (IRA) de Estados Unidos y una mala coordinación entre los productores regionales.
La ley de inflación de Estados Unidos promete miles de millones de dólares en créditos fiscales para la producción y la inversión en proyectos de hidrógeno limpio, asignados en función de los niveles de emisiones producidos por kilo de hidrógeno.
Sin embargo, los créditos se han retrasado mientras el gobierno, ante las próximas elecciones, lucha por poner un sello definitivo a su definición de hidrógeno limpio.
Muchos proyectos de hidrógeno en América Latina enfrentan incertidumbre mientras esperan que se concreten las reglas de la ley de inflación. “Todo este dinero [de la ley de inflación] puede representar un problema para América Latina. Si el mercado de Estados Unidos está fuertemente subsidiado por el gobierno, eso significa que será más difícil para muchos de estos países volverse competitivos”, sostuvo Juliana Rubio, directora asociada del Programa de las Américas del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS).
Los exportadores de hidrógeno deberán demostrar que el hidrógeno es limpio, tal como lo definen los países de destino. Por ejemplo, los productos destinados a Europa deberán cumplir con las regulaciones de la Unión Europea. Si bien un esfuerzo coordinado en toda América Latina ayudaría a construir un mercado unificado desde cero, las diferencias regionales hacen que eso sea poco probable.
La región conocida como América Latina está formada por 33 países repartidos entre América del Norte, Central, del Sur y el Caribe, donde se hablan español, portugués, inglés y cientos de lenguas indígenas y dialectos locales.
Un problema que tiene América Latina es la falta de cohesión. Ningún país es lo suficientemente grande como para producir hidrógeno, especialmente hidrógeno verde, a una escala en la que sea rentable”, afirmó Rubio.
“Es necesario que haya algún tipo de cooperación regional para que este mercado realmente despegue”, concluyó.