Por Redacción PortalPortuario/Agencia Reuters
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Alemania se ha negado a recibir un envío de gas natural licuado (GNL) ruso en la terminal de Brunsbüttel, en el norte del país, en línea con la política de Berlín de no importar GNL desde Rusia, según dieron cuenta fuentes de la industria.
En tanto, The Financial Times informó que el Ministerio de Economía de Alemania (BMWK) había ordenado a Deutsche Energy Terminal no aceptar ninguna entrega de GNL ruso después de que la compañía informara a Berlín que su instalación de importación de Brunsbüttel recibiría un cargamento ruso el domingo 10 de noviembre.
No quedó claro quién ordenó el envío. Tres buques cisterna de GNL salieron recientemente de la instalación de GNL de Yamal en Rusia y están esperando pedidos, según mostraron los datos de LSEG.
“El cargamento estaba destinado a Brunsbüttel y alguien probó suerte y parece que quería comprobar cómo reaccionaría Berlín”, dijo a Reuters una fuente del sector, añadiendo que se trata de “un truco de relaciones públicas político”.
Alemania, la mayor economía de Europa y otrora el mayor importador de gas natural de Rusia, nunca ha importado directamente GNL ruso y ha dejado de comprar desde el gasoducto ruso tras la invasión de Ucrania por parte de Moscú.
Desde entonces, Alemania ha dependido del GNL procedente de Estados Unidos y otros lugares, así como del gas transportado por gasoducto desde Noruega para sustituir al gas ruso.
“Alemania, por principio, no importa gas ruso y para BMWK también está claro que esto no debe ocurrir a través de terminales de GNL alemanas”, afirmó un portavoz de BMWK.
En febrero, un portavoz del Ministerio dijo que las empresas alemanas que importan GNL o lo transportan a Alemania se han comprometido a garantizar que ningún GNL ruso llegue a Alemania cuando lo compren en el mercado.
Un análisis de datos realizado por Reuters en abril encontró que más de una décima parte del gas ruso que antes se enviaba por gasoducto a la Unión Europea (UE) ha sido reemplazado por GNL entregado a puertos de la UE, principalmente en España, Bélgica y Francia.
Si bien Alemania ya no importa directamente gas ruso, es un destino final para parte del gas ruso que se inyecta en gasoductos de otros países de la UE a través de Zeebrugge, en Bélgica, y otras terminales.
El año pasado, Alemania importó el 48,6% de su gas a través de gasoductos desde Bélgica, Francia y los Países Bajos, según el regulador federal de la red, Bundesnetzagentur.