Destrozan las balizas que guían el ingreso al puerto de Buenos Aires


Un cambio en el sistema de señalización en los canales de acceso al puerto de Buenos Aires derivó en nueve balizas rotas en el mes de mayo.

Para la Administración General de Puertos (AGP), la destrucción de las boyas que dan asistencia a la navegación fluvial, fue un sabotaje. “Fue algo intencional”, comentaron funcionarios de esa dependencia al medio La Nación.

A pesar de lo anterior, la seguridad de la navegación en el puerto no quedó en riesgo, ya que las boyas afectadas fueron reemplazadas casi de inmediato. Las operaciones portuarias no sufrirán modificaciones por ese incidente, que ya es investigado por la justicia federal del país.

Algunas de las nueve balizas no sólo sufrieron roturas, sino que también fueron desmagnetizadas, situación que a las autoridades del puerto de Buenos Aires les permitió advertir que se estaba frente a un sabotaje. Solucionar este ataque intencional demandó un gasto adicional de 126.000 dólares.

La AGP presentó una denuncia ante la Prefectura Naval para que se investigue quién o quiénes fueron responsables de los daños ocasionados al sistema de señalización de los canales de navegación y operación de acceso al puerto.

El año pasado, luego de desembolsar 5.550.000 dólares, el Ministerio de Transporte de la Nación, a través de la Administración General de Puertos y por licitación, había adquirido un moderno sistema de señalización de los canales llamado AIS (Automatic Information System), que permite al puerto conocer la ubicación exacta y en tiempo real de los buques. La información recopilada por el sistema es, a su vez, compartida con otros organismos públicos para garantizar la seguridad de la navegación fluvial en el acceso.

Ese sistema de asistencia a la navegación fue instalado en 52 balizas y se puso en funcionamiento pocas horas antes de que se detectara la primera falla en una de las boyas. Primero se pensó que era un problema en los equipos nuevos, situación factible en un cambio de tecnología. Pero la repetición de eventos alertó enseguida sobre algo anormal que ocurría.


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