La sequía, que afectó a las cosechas de Argentina y Uruguay, sería la responsable de una merma de 50% de las exportaciones agrícolas en el puerto uruguayo de Nueva Palmira, donde se embarca soja
El terminal coloniense, además, según consigna el medio local El Observador, sufrirá otro perjuicio derivado de la menor producción en Argentina, lo que hará que un importante volumen de semilla que llegaba en tránsito desde Paraguay quede por el camino.
Las primeras proyecciones locales hablan de un descenso de la cosecha de 1,55 millones de toneladas respecto a la zafra anterior. La traducción económica es que eso provocaría unos US$ 600 millones menos de ventas externas este año.
El resultado previsto difiere sustancialmente con lo verificado en 2017 cuando la semilla fue uno de los principales productos exportados con colocaciones por US$ 1.189 millones y un incremento de 36% respecto a un año atrás, según el Instituto Uruguay XXI.
El buen registro llegó luego de una producción récord en la zafra pasada de 3,2 millones de toneladas. Según datos de la Unión de Exportadores (UEU), las ventas externas fueron prácticamente por el mismo volumen.
Por su parte, en Argentina, la situación también es compleja. Un último informe elaborado la semana pasada por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires indicó que el clima afecto significativamente el desarrollo de la campaña agrícola 2017/2018 y las altas temperaturas y las precipitaciones muy por debajo de los promedios históricos en las principales regiones del país obligan a reducir las estimaciones de producción.
En ese contexto, el documento estimó que la cosecha de soja será de 39,5 millones de toneladas, con una disminución de 27% respecto a proyecciones previas a la sequía que la ubicaba en 54 millones de toneladas.
Las reducciones de producción previstas en los dos países tienen efecto directo en la actividad de Nueva Palmira. La terminal coloniense moviliza aproximadamente el 80% de la soja nacional que se exporta.
En las últimas semanas, quienes han recorrido las instalaciones de la terminal se llevan la misma postal: la actividad que se observa en Nueva Palmira es poca. Y aunque eso tiene una explicación parece ser el presagio de lo que ocurrirá en los próximos meses. Actualmente, los movimientos que se ven en el puerto son básicamente de fertilizantes porque todavía no hay soja local para exportar, pero tampoco están llegando buenos volúmenes de mercadería en tránsito.
“Hay una perspectiva mala para Uruguay y para Argentina también porque la seca afectó, sabemos que la temporada de soja va a venir mala; capaz que nos estamos adelantando a lo que va a pasar”, dijo a El Observador el presidente de la Administración Nacional de Puertos (ANP), Alberto Díaz.
El gerente de Terminales Graneleras Uruguayas (TGU, que tiene su actividad principal en Nueva Palmira), José Luis Abraham, señaló a El Observador que este año la “actividad en el puerto se va a ver sensiblemente afectada”.
La previsión incluye a las exportaciones de mercadería uruguaya y a los tránsitos de mercadería, por lo que detalló que la sequía provocó que aproximadamente el 60% de la soja paraguaya que arriba normalmente a Nueva Palmira ya no llega y desembarca en terminales portuarias argentinas para abastecer a productores de ese país.
Abraham expresó que la suma de las dos operaciones (exportaciones uruguayas de soja y tránsitos de la semilla) le generarán a TGU una baja de actividad de 50% este año. “Si los tránsitos estuvieran bien se compensaría, pero este año pega por los dos lados y va a ser un año difícil”, dijo.
Por su parte, el gerente general de Corporación Navíos (terminal portuaria ubicada en Nueva Palmira), Ruben Martínez, también pronosticó un 2018 complejo.
“La zafra uruguaya de soja fue muy afectada; en algunos casos se habla de hasta una producción menor de 1,8 millones de toneladas”, indicó a El Observador.
“El problema es que Uruguay dejó de producir trigo y maíz en volumen exportables; está saliendo solamente un poco de canola”, añadió. Por eso, el panorama actual no provoca una percepción positiva hacia adelante. “Los movimientos en Nueva Palmira se van a ver muy afectados este año”, concluyó Martínez.