Por Andrés Orrego Siebert
@PortalPortuario
El gerente general de Inchcape Shipping Services, Víctor Oelckers, advirtió que las líneas que operan grandes cruceros no están interesadas en ingresar a rutas de cabotaje en Chile, lo que haría inútil la propuesta de abrirlo a naves de más de 400 pasajeros.
En ese contexto, el proyecto impulsado por el senador de la Región del Bio Bio, Alejandro Navarro, y que ha ido avanzando en la Cámara Alta, estaría mal planteado, tanto del punto de vista de lo que las navieras ofrecen como de lo que sus pasajeros buscan.
“Los cruceros grandes están llenos y apuntan a un mercado de gente que se sube al buque, porque el buque en sí, es la atracción, el buque en sí, es el motivo del viaje y los puertos intermedios que hace es un complemento al viaje. Los cruceros grandes que vemos hoy día, están recalando masivamente en San Antonio; a ese pasajero no le interesa el viaje corto. Además, todos esos cruceros están llenos, las líneas no tienen cabinas para vender en puertos intermedios, ellos ya están con su capacidad copada hoy día hasta el 2020 en la ruta San Antonio-Buenos Aires-Montevideo”, sostuvo el ejecutivo.
Oelckers explicó que otro factor que haría inconducente la propuesta es que el tipo de pasajero, al ser un adulto mayor de sobre 65 años tiene una lógica de consumo diferente y no busca la aventura que podría ofrecer una ruta corta en un crucero de exploración.
“No hay capacidad de ofrecer una cabina San Antonio-Punta Arenas o San Antonio-Puerto Montt o de Punta Arenas a San Antonio, o de Valparaíso. No existe porque los buques están llenos y ese turista, muchas veces, si es que está lloviendo en Chacabuco, no se bajará, porque es un turista de edad, un turista que tiene en general dificultades de moverse, son de la tercera edad, estamos hablando sobre 65 años y es un turista cómodo que no le gusta la aventura, el descubrimiento y tampoco la exclusividad. Es un turista que se sube a un crucero para hacer un viaje de 14 días, no para hacer un viaje corto y nosotros a lo que debemos apuntar con la ley de cabotaje es incentivar las rutas cortas”, enfatizó.
En esa línea, Víctor Oelckers señaló que Chile debe -en el caso de abrir el cabotaje de personas- imitar el modelo implementado en Alaska o Noruega.
“Hay que repetir la experiencia que se ve en Alaska donde hay cruceros de 7 noches, también la experiencia de Noruega donde también hay cruceros de 7 noches (7 o 10, ese es el standard), hay que repetir lo que hace Grecia con cruceros también cortos y lo que incluso hace Nueva Zelanda que también tiene cruceros cortos. Ese crucero se vende por sí mismo, la gente viaja a través del mundo para tomar esos cruceros cortos, porque la gran limitante para tomar vacaciones, muchas veces no es el dinero, sino el tiempo y los cruceros largos de 14 días, la gente que se sube es gente jubilada, gente que no es el mercado objetivo donde debiéramos apuntar para tener una ley eficiente de cabotaje”, dijo.
“Nuestro público objetivo son los millennials, gente que quiere descubrir nuevos destinos inexplorados y la gran ventaja que tiene Chile respecto a los destinos masivos en cruceros cortos del Hemisferio Norte, es que es un destino atractivo y desconocido. Por lo tanto, muy apetecido para la gente que anda buscando aventura. Las Torres del Paine, por si mismas se venden en el mundo y tendría mucho más flujo de turistas, si tu permitieras visitarla a través de un crucero, accediendo a través de Puerto Natales y no a través de Punta Arenas vía terrestre como se hace hoy en la mayoría de los casos”, afirmó.
De acuerdo con esto, el gerente general de Inchcape sostuvo que existe un interés de navieras por operar rutas de cabotaje en Chile, pero se trata de líneas que están en los segmentos Luxury, Discovery y Expedition que operan naves que, como máximo, bordean los 400 pasajeros a diferencia de las mega naves que pueden albergar de mil a más de 5 mil personas.
En total, existen 54 embarcaciones tipo Luxury circulando en los mares del mundo, mientras que las del segmento Discovery llegan a 47 y las Expedition son las más numerosas con 62 cruceros.
Respecto de la introducción de estos nuevos operadores a los eventuales circuitos cortos y el posible impacto que podrían ocasionar a las navieras de bandera nacional, Oelckers planteó que esta situación no ocasionaría competencia desleal, ya que estas líneas captarían públicos distintos e incluso abrirían rutas en las que no existe ningún operador chileno.
“La percepción que tienen los armadores nacionales es totalmente errada, respecto a una eventual competencia desleal de parte de armadores extranjeros que quieren abrir rutas de cabotaje en Chile, exclusivamente para el transporte de pasajeros. Acá, no corre la carga, es solamente pasajeros ¿Por qué? Porque los buques de bandera extranjera a los que se les permitan vender pasajes de cabotaje en Chile, enriquecerán una oferta que hoy día no es satisfecha por los armadores nacionales. Estos, agrupados a través de Armasur o algunos también miembros de la Asociación Nacional de Naves, ofrecen una oferta muy acotada. Ponen a la venta unos circuitos que son acotados en términos de capacidad y limitados en términos de temporalidad, ofreciendo ciertas rutas al sur de Puerto Montt y casi exclusivamente durante el verano”, planteó.
“Acá estamos hablando de operadores extranjeros, dueños de cruceros y naves extranjeras que podrían ofrecer distintos circuitos en Chile. En principio nos han dicho que piensan en cubrir alrededor de 10 circuitos o rutas partiendo por el norte grande y terminando en el extremo austral, las que enriquecerían la oferta con un doble beneficio. El primero, se vendería al mundo -cosa que hoy día los armadores nacionales no hacen por restricción de canales de venta u otros-, varios destinos que en Chile no son promovido en forma eficiente y eficaz. Estamos diciendo, operadores que tienen naves que oscilan de tamaño entre 120 y 400 pasajeros de capacidad, que podrían vender a turistas chinos, escandinavos, del norte de Europa, canadienses y americanos en general; y que hoy día, no compran pasajes a empresas de cruceros chilenas, pero que sí podrían comprarlos a empresas que lamentablemente hoy, están imposibilitadas de operar en Chile”, subrayó.
“Si se les permite a estas empresas de cruceros extranjeras que tienen accesos permanentes y directos con servicios establecidos en mercados desarrollados del hemisferio norte tales como Alaska, Escandinavia, Mediterráneo, Grecia y Nueva Zelandia / Australia por nombrar algunos, desde esos mercados, van a llegar a operar a Chile, trayendo turistas que hoy no llegan a Chile, invitándolos a efectuar circuitos más cortos de los que hoy hacen los cruceros grandes. Estamos hablando de empresas que se dedican al crucero de lujo, al crucero de expedición y al crucero de descubrimiento. Son turistas más jóvenes de lo que estamos viendo hoy en día en las costas de Chile y posibilitaría abrir rutas durante todo el año accediendo a un mercado que hoy día no se atiene y no se les ofrece servicios, un mercado que empezaría a conocer Chile a través de armadores y operadores de cruceros internacionales y que finalmente potenciarán enormemente a los armadores nacionales”, enfatizó.