Por Carlos Mondaca
@PortalPortuario
2023 fue, que duda cabe, un año marcante para el Canal de Panamá que ha debido sortear el cruce más complicado de su historia a través del cambio climático. Si bien, la ruta de 80 kilómetros y que es crucial para el comercio global al conectar el Atlántico y el Pacífico, no ha dejado de operar, sí evidenció dificultades a lo largo del año a raíz de la segunda sequía más intensa de los últimos 50 años.
De hecho, las complicaciones respecto del uso del agua, que es además la que se utiliza para abastecer a gran parte de la población panameña, este año han sido más reiteradas, lo que ha obligado a la Autoridad del Canal de Panamá a imponer una serie de restricciones a los calados, en principio, y luego a la cantidad de cruces que se pueden efectuar diariamente. El objetivo es conseguir mantener la actividad optimizando el recurso hídrico.
En marzo, según reportes, ya el país evidenciaba una crisis del agua que estuvo acompañado por un alto consumo de los ciudadanos que obtienen el vital elemento del Lago Gatún, el mismo que aporta el agua para la operación de los juegos de esclusas.
En abril, con la esperanza de que llegara lluvias para paliar la situación, la Autoridad del Canal de Panamá aplicaron los primeros ajustes transitorios al calado de los buques y expresaron su preocupación por los niveles del Lago Gatún. Un nuevo ajuste de este tipo llegó en junio cuando se fijó en 13,41 metros.
Navieras como Maersk, por su parte, adviritieron sobre los efectos de la sequía en el Canal de Panamá, aunque también descartó el uso de rutas alternativas como podría ser el Estrecho de Magallanes que sí fue empleado por buques graneleros, petroleros y de GNL que, al no tener prioridad para sus tránsitos, optaron en algunos casos dar una vuelta más larga.
A esas alturas, el calado de la ruta bioceánica fue fijado en 13,41 metros.
Pese a las complicaciones, el Canal de Panamá pudo ver el cruce de un neopanamax de nueva generación con capacidad para transportar 17 mil TEU. Se trató del Ever Max, de Evergreen, el cual; no obstante, tuvo que aligerar carga, dejando parte de sus contenedores en Balboa, siendo montados en tren que los llevó a Colón Container Terminal para ser vueltos a embarcar en lo que fue una operación bimodal.
En julio, la ACP anunció que, a pesar de la temporada seca, el calado operaciónal de la ruta se mantendría en 13,4 metros.
La situación, precaria en términos de la disponibilidad del agua, ha generado congestión y demoras, acumulándose naves a ambos extremos de la vía. De hecho, una estimación determinó que en agosto, los tiempos de espera de los buques para su cruce fue entre 44% y 59% más alta.
Las demoras son un efecto de la disminución de calados y tránsitos que, en condiciones normales, alcanzan a 36 cruces diarios con un calado máximo de 15,2 metros. Este hecho, ha llevado a algunos armadores a subastar espacios a valores muy altos para saltarse la espera, siendo uno de los casos más notorios el de una compañía que canceló 2,4 millones de dólares para pasar.
En agosto, por otra parte, las compañías navieras comenzaron a aplicar recargos a sus clientes a causa de los sobrecostos que genera la espera en la operación de las naves.
De ahí en adelante, la Autoridad del Canal de Panamá ha emitido una serie de informativos dando cuenta de las restricciones y su prolongación en el tiempo, lo que para agosto se preveía a un año plazo.
A pesar de esto, el Administrador del Canal de Panamá, Ricaurte Vásquez, dijo que la vía interoceánica “ha honrado” todas las reservas. Las restricciones, claro, se convirtieron en una oportunidad para el transporte terrestre que vio un aumento en sus operaciones. Sin embargo, este sector se vio impactado por una serie de protestas ciudadanas que ocasionaron el bloqueo de caminos y carreteras a causa del descontento social derivado de la firma del contrato de concesión entre el Gobierno y una compañía minera canadiense.
En septiembre vino una nueva reducción de tránsitos, llegando a 31 por las esclusas neopanamax y a 22 en las panamax. Este aviso se repitió en octubre cuando se adelantó que los tránsitos llegarían a solo 18 a inicios de febrero, aunque -posteriormente- se estabilizaron en 24, según el último comunicado de la ACP.